Ahmed Zain. – S.M.
ECS. Madrid. | El último informe de la Asociación para el Monitoreo de los Recursos Naturales y la Protección del Medio Ambiente del Sahara Occidental (AREN) reveló que el Reino de Marruecos, potencia ocupante del Sáhara Occidental, ha aumentado la comercialización ilegal de fosfatos.
El
informe recientemente publicado por la organización desvela que el
saqueo de los fosfatos saharauis experimentó un “grave aumento” en 2022,
duplicando con creces las cifras del ejercicio anterior, al ascender a
“470.889 toneladas frente a las 220.000 toneladas del primer trimestre
de 2021” El informe indicó que la ocupación marroquí explotó la
situación en Ucrania para aumentar las exportaciones de fosfato.
Como resultado de sus investigaciones, AREN alertó sobre la creciente participación de México en el saqueo de fosfatos en los últimos seis meses tras
hacer un seguimiento a la empresa estadounidense »Innophos», que
importó desde julio de 2021 unas 337.590 toneladas distribuidas en seis
cargamentos, “confirmándose que todos estos cargamentos cambiaron el
rumbo de su viaje a finales de julio de 2021 al puerto de
“Coatzacoalcos” en México, y el resto de los cargueros navegaban sin
especificar su destino o especificando destinos falsos al conocer de
antemano la tamaña ilegalidad cometida en un territorio bajo ocupación
militar que vive en situación de guerra desde Noviembre de 2020. No
obstante, la asociación remarcó que la empresa estadounidense se había
comprometido anteriormente a cesar su actividad de importación de
fosfatos del Sáhara Occidental el 2 de julio de 2018, “como parte de sus
obligaciones de responsabilidad social corporativa”.
La asociación también citó en su informe a la multinacional india »Paradeep Phosphate Limited»,
que importó un total de 182.037 toneladas de fosfato saharaui expoliado
desde principios de año, afirmando que en el momento actual está a la
espera de otro cargamento.
El informe mencionó también que «los importadores de Nueva Zelanda aún insisten en seguir saqueando los fosfatos del Sáhara Occidental ocupado, a pesar del fallo de la Corte Suprema de Nueva Zelanda que afirmó el estatus legal del Sáhara Occidental,
el principio de soberanía permanente sobre sus recursos naturales y el
impacto de la participación de Nueva Zelanda en su reputación como
inversor responsable».
En
este contexto, la asociación indicó que la neozelandesa “Balance
Agri-Nutrients”, cuya participación en el saqueo desmedido del fosfato
saharaui ascendió a 182.171 toneladas, de las cuales 57.000 no
especifican su destino final, mientras que la empresa “Ravensdown”
importó 57.000 toneladas que se dirigió al puerto de Lyttelton «en un
movimiento para ocultarlo». La Asociación para el Monitoreo de los
Recursos Naturales y la Protección del Medio Ambiente del Sahara
Occidental subrayó que los barcos destinados por esta empresa utilizan
los mismos métodos para encubrir el delito de su participación en el
saqueo de los recursos del Sáhara Occidental.
Por
otro lado, AREN mostró su “pesar” por la continuación de la política de
Marruecos de privar al pueblo saharaui de su derecho a trabajar en este
sector, “las estadísticas confirman que existe un plan para eliminar a
los trabajadores y trabajadoras saharauis” para sustituirlos por colonos
marroquíes, y esto se refleja en el hecho de que el porcentaje de
trabajadores saharauis pasara del 35 por ciento durante los últimos diez
años al 25 por ciento, se señalaba en el informe.
AREN
recuerda que “Phosboucraa” anunció en 2015 la provisión de 1.700
puestos de trabajo, donde se contrataron a 500 trabajadores durante el
primer periodos, de los cuales solo 35 eran saharauis, mientras que la
ocupación indicó falsamente que se emplearon un total de 2.300
trabajadores, incluido el 62 por ciento de la “población local”. Lo que
la asociación considera como una “descripción engañosa” del capital
humano para eludir la realidad de las olas de asentamientos ilegales
alentadas por la potencia ocupante al brindar muchas facilidades al que
se traslade, como oportunidades laborales y viviendas, lo que ayudó a
“cambiar el mapa demográfico a favor de la ocupación, convirtiendo al
pueblo saharaui en una minoría en su tierra natal”.
El
informe concluye que el estado de ocupación marroquí, “mientras
continúe con el saqueo reiterado del fosfato saharaui con la complicidad
de empresas y gobiernos internacionales ante los ojos del mundo,
ignorando el derecho internacional humanitario y la Carta de las
Naciones Unidas, refleja su no aceptación y persistencia en el continuo
sufrimiento del pueblo saharaui”.
AREN
llamó la atención de la comunidad internacional sobre “lo que están
haciendo los barcos involucrados en el saqueo de los recursos del Sáhara
Occidental con la complicidad de las autoridades de ocupación
marroquíes y su intento de recurrir a nuevos métodos que se basan en el
ocultamiento y la falsificación de rutas para encubrir el saqueo”
requiriendo en este sentido que la comunidad internacional “asuma sus
responsabilidades hacia el pueblo saharaui para permitirle ejercer su
derecho a la soberanía sobre sus recursos”.
En
la misma línea, AREN también pidió al Consejo de Seguridad de la ONU
«que tome medidas decisivas y disuasorias contra la ocupación marroquí
para disuadirla de continuar con el saqueo y esquilmación de los
fosfatos saharauis de la parte ocupada del Sáhara Occidental».
Marruecos
ha realizado durante el último año grandes inversiones en el puerto y
en las instalaciones de Bucraa. Desde que comenzó la ocupación en 1975,
Marruecos solo ha vendido roca de fosfato en bruto. Dentro de unos años,
los fosfatos también se venderán en una forma procesada más valiosa.
Esta gama más amplia de productos aumentará aún más el comercio
lucrativo.
Cabe
destacar que desde que los barcos que transportaban fosfato del Sáhara
Occidental fueran retenidos en Panamá y Sudáfrica en 2017, ningún envío
ha pasado por el Cabo de Buena Esperanza o por el Canal de Panamá.
El informe completo se puede leer AQUÍ.
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