
La Asociación de Solidaridad y Autodeterminación del Pueblo Saharaui
(Assaraui) lamenta y repudia la posición del gobierno brasileño,
manifestada en una nota del Ministerio de Relaciones Exteriores, sobre
el conflicto en el Sahara Occidental que llevó a la ruptura de la
República Árabe Saharaui Democrática (RASD) del acuerdo de alto el fuego
con el Reino de Marruecos, firmado en 1991 bajo los auspicios de las
Naciones Unidas (ONU).
La nota del gobierno brasileño dice:
En aras de la paz y la prosperidad de la paz en la región, Brasil
espera que el tráfico y los flujos comerciales en el paso de Guerguerate
estén garantizados sin obstáculos.
Como sabe el Itamaraty, el paso de Guerguerat está en una zona
desmilitarizada cerca de la frontera con Mauritania y es una brecha
ilegal abierta por Marruecos en el muro que construyó para separar los
territorios que ocupa de los territorios liberados y bajo el control de
la RASD. Este vacío legal, como también lo sabe el Itamaraty, viola los
acuerdos firmados entre las partes, en particular el Acuerdo Militar No.
1.
El paso de Guerguerat ha sido utilizado por Marruecos para el tráfico
de productos que explota en la zona ocupada del Sahara Occidental, en
contra de las decisiones tomadas por la ONU desde 1975. El ataque de las
fuerzas armadas marroquíes contra civiles saharauis que protestaban por
la ocupación y el tráfico por el paso es lo que motivó la reacción del
Ejército de Liberación del Pueblo Saharaui y la ruptura, por parte de la
RASD, del acuerdo de alto el fuego.
La nota continúa:
Al reiterar su apoyo al proceso en curso dentro de las Naciones
Unidas con miras a una solución justa y mutuamente aceptable para
determinar el estatus final del territorio del Sáhara Occidental, el
gobierno brasileño rechaza el uso de la violencia y pide respeto por la
alto el fuego en vigor desde 1991.
El acuerdo de alto el fuego preveía la celebración de un referéndum
en 1995 para que el pueblo saharaui decidiera soberanamente su destino.
Desde entonces, el referéndum se ha pospuesto, atendiendo a intereses de
Marruecos, por maniobras de Estados Unidos y Francia en el Consejo de
Seguridad de la ONU y por la omisión de España, antigua potencia
colonizadora del Sahara Occidental.
La celebración del referéndum es la única solución justa para
determinar el estatus del territorio ocupado ilegalmente por Marruecos.
Su retraso por parte de la ONU durante 25 años y los ataques de tropas
militares y policiales marroquíes contra civiles justifican plenamente
el fin del alto el fuego de la RASD y la lucha del pueblo saharaui y su
ejército por la recuperación total de su territorio.
El comunicado de Itamaraty representa una posición política que va en
contra de la legalidad internacional y rompe la posición tradicional
del gobierno brasileño, que siempre ha abogado por la cooperación entre
las partes para buscar una solución definitiva al problema del Sáhara
Occidental.
En lugar de buscar legitimar indirectamente la ocupación de parte del
Sáhara Occidental por Marruecos, el gobierno brasileño debería, en
nombre de la paz y la prosperidad en la región, defender la celebración
del referéndum y la autodeterminación del pueblo saharaui, así como
reconocer, como lo hacen más 80 países, República Árabe Saharaui
Democrática.
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