Brahim Ghali felicita a su homólogo ecuatoriano por el 213 aniversario de la independencia de su país

  El Presidente de la República felicita a su homólogo ecuatoriano por el 213 aniversario de la independencia de su país SPS   Bir Lehlu (República Saharaui), 10 de agosto de 2022 (SPS) – El Presidente de la República y Secretario General del Frente POLISARIO, Sr. Brahim Ghali, felicitó este miércoles a su homólogo ecuatoriano, Guillermo Laso Mendoza, con motivo del 213 aniversario del primer grito de independencia de la República del Ecuador, que coincidió con el 10 de agosto de 1809. En la carta de felicitación a su homólogo ecuatoriano, el Presidente de la República expresó “sus más sinceras felicitaciones, en nombre del pueblo y del gobierno de la República Saharaui, al hermano gobierno y pueblo del Ecuador, con motivo del 213 aniversario de la independencia”. “Este hecho histórico llevado a cabo por el valiente pueblo ecuatoriano, permitió sembrar las semillas de la liberación y emancipación en América Latina, así como el cumplimiento del sueño de indep

La educación saharaui desde Iberoamérica


 Jara Romero Luque

Coordinadora de Sahara Soundscapes (Texto).
Universidad de Granada, Granada, España.

saharansoundscapesproject@gmail.com


El Sáhara Occidental, conglomerado de relaciones sociales, mantuvo conexiones con varios países de la confluencia iberoamericana a lo largo de la historia. Ya desde 1492, en los tratados de Tordesillas, entre España y Portugal se vislumbraba la habilidad sobre la pesquería del mar, desde el cabo de Bojador hasta el Río de Oro. España, representa un antes y un después en la sociedad saharaui por la presencia de su colonia, desde 1884, tras la Conferencia de Berlín:

Gracias a las últimas exploraciones, conocían mejor el terreno y, en un ambiente educado y diplomático, trazaron fronteras con escuadra y cartabón que fijaban quién tendría derecho a quedarse con qué. Las decisiones que se tomaron a miles de kilómetros transformaron el continente africano de forma irreversible, con unas consecuencias que se siguen sintiendo. Arnalte, A.; B. Vílar, J. Ndongo, D.; Ridao, J. (2004, p. 73).
Transformada así la sociedad saharaui, esta fue tornando del tradicional nomadismo, al sedentarismo y la construcción de ciudades por parte de los colonizadores. España por entonces, habiendo perdido Cuba, Puerto Rico y Filipinas, intentó conseguir un pellizco del continente africano, donde estuvo presente desde el siglo XIX. A pesar de todo esto, la colonización definitiva española, no se va a producir hasta finales de la década de los años treinta, cuando se fundan en 1938 los asentamientos de Tan-Tan, Tarfaya, Auserd, Guelta-Zemmur y el Aaiún. Acabada la guerra civil española, militares y funcionarios del estado español, ansiosos por descubrir nuevas vías de comercio e inversión, se trasladaron a la zona a vivir. Es en 1949, cuando se descubre Bu Craa, los yacimientos más grandes y ricos del mundo, y comienza el interés por la zona, conflictos aún no resueltos hasta día de hoy. Con el proceso de descolonización, España se aferra  fielmente a su colonia, y justifica su población peninsular, que había convertido al Sáhara en su provincia 53. Los y las saharauis, a pesar de esto, nunca fueron considerados y consideradas, ciudadanas de primera. A finales de los sesenta, no disponían por ejemplo de escuelas de educación general básica, eran discriminados y discriminadas por los servicios sanitarios y otros espacios. Quizás es por esto que las Naciones Unidas no se creyeron la provincialización de la colonia y en 1960 etiquetan el territorio como “pendiente de descolonización”, sin éxito alguno tras la Marcha Verde y después de casi 45 años de ocupación.

La influencia de Iberoamérica: Caso de Cuba.

El internacionalismo cubano, que se expandió a lo largo de la década de los sesenta, a través de diversos contextos políticos; latinoamericanos, europeos y asiáticos, es en el continente africano donde tuvo más repercusión. La expansión de los focos guerrilleros vinculó a la joven revolución cubana con escenarios africanos, que experimentaban por aquella época, procesos de opresión neocolonial. Es la incursión del Che Guevara en el Congo, en 1965, la que marca el inicio de la presencia militar cubana en el continente africano, que terminaría en 1991 con la salida de las tropas cubanas de Angola. El inicio de la cooperación militar cubana en África, comienza en la zona del Magreb, cuando esta entrega armas al Frente de Liberación Nacional de Argelia en 1961. Después del triunfo de la revolución argelina, Cuba comenzó, en 1963, su colaboración médica internacional, enviando al país profesionales sanitarios. Poco después, la experiencia cubana repercutió además en la construcción del proyecto político sobre el que se constituyó, a comienzos de década de 1970, el movimiento de liberación nacional saharaui.
El Che Guevara y Franz Fanon fueron referentes teóricos para los jóvenes saharauis que realizaban estudios universitarios en España y en Marruecos en los años sesenta, y sobre los que empezaban a calar con fuerza las experiencias de descolonización africanas y, en general, el lenguaje de emancipación que atravesaba, en este periodo, a diversos continentes (2014, p. 86).
Nace el Frente Polisario como movimiento de liberación nacional para la descolonización del Sáhara Occidental, y los campamentos de refugiados y refugiadas van a suponer una nueva realidad social y reconstrucción de un proyecto político que rompe con las estructuras de la sociedad tribal, para mirar al futuro de una nueva sociedad.
En la construcción de este proyecto político participaron los llamados “países amigos”, fundamentalmente del entorno árabe: Argelia, Libia y Siria, que formaban parte de los llamados “países no alineados”; países del bloque socialista: Cuba, Polonia, Checoslovaquia; y países como México, Venezuela y Panamá. Sin duda alguna, junto a Argelia y Libia, Cuba jugó un papel destacado en la prestación de ayuda al proyecto saharaui, especialmente en cuanto a los programas de cooperación civil, entre los que destacaron la educación y la asistencia médica. Cuba había acogido ya en 1977 a 22 jóvenes saharauis para que se formaran en la isla, y en 1980 reconoció o­ficialmente a la República Árabe Saharaui Democrática como Estado independiente. Conforme se extendía en el tiempo el conflicto saharaui-marroquí, las relaciones entre el Estado cubano y el Polisario se fueron estrechando, fomentándose así la llegada de jóvenes saharauis a la isla (2014, p. 86).
A pesar de que el Sáhara comenzó a ser colonizado a partir de 1884, no es hasta los años cuarenta cuando se toman medidas en los ámbitos de política educativa.
Estos esfuerzos iban destinados, en un primer momento, casi en exclusiva a los colonos españoles residentes en la región, y se extendieron muy lentamente a la población saharaui. Es en 1944/1945 cuando se fundó la primera escuela en el Aiún. Esta primera escuela cubría necesidades primarias, con capacidad para 75 alumnos y un maestro. La escolarización era un elemento ajeno a la cultura del nomadismo, por tanto muchas familias no veían necesidad en ello.  En 1962 comienza el proyecto escuelas nómadas y la apertura de residencias de estudiantes. (Morgenthaler, 2011, p. 3).
Morgenthaler señala en cuanto al aprendizaje del español, que la radio canaria Radio Ecco, centrada en la alfabetización y educación de adultos, tuvo un papel muy importante en este tipo de educación no formal. Fue un éxito entre la población saharaui no escolarizada. Según esta autora, los profesores nativos, fueron incorporados lentamente al sistema educativo. En 1960 había 300 alumnos matriculados, de entre ellos, un 25% eran saharauis. Hasta el año 1967 el personal docente destinado al Sáhara estaba compuesto por 57 maestros nacionales en lengua española y 29 maestros en hasanía.
La generación nacida bajo la colonia, tenía un perfecto dominio del español como segunda lengua. En los 70 comienza a escribirse literatura por autores saharauis en español. A consecuencia de la anexión de Marruecos en 1975, el español pasa a ser un factor de identidad y resistencia, un marcados de gran poder dentro de la constelación arabo-francófona del resto del Magreb. (Morgenthaler, 2011, p. 4).
Analizando los dos núcleos de población saharaui, la autora realiza una diferencia clara en los territorios ocupados y en los campamentos de refugiados de Argelia: Por un lado, en los territorios ocupados existe una política de francofonización, quedando el español reducido al ámbito familiar. Por otro lado, sólo existe un colegio donde se imparten clases de español y no de francés, que se encuentra en El Aiún. Al igual que en la mayoría de los países arabófonos, hay una cierta diglosia entre el árabe clásico y otras variedades como el hasanía (saharauis) o dariya (marroquíes). Estas dos variedades a su vez, entran en conflicto evidente, ya que el hasanía representa un marcador identitario y de frontera lingüístico-cultural frente a los colonos marroquíes. (2011, p. 5). Por otro lado, en los campamentos de refugiados de Tindouf, ni el dariya ni el francés desempeñan un papel de importancia, aunque se estudia el francés, puesto que se encuentran en Argelia, no desplazan el hasanía y el español. “Es el único país del mundo, donde ambas lenguas están en una relación de cooficialidad.” (2011, p. 6). La enseñanza bilingüe es obligatoria y comienza en tercero de primaria, en algunos casos en segundo, y se refuerza con el programa vacaciones en paz, cuando los niños y niñas viajan en verano a España. El sistema educativo llega hasta el comienzo de la secundaria; después de esto, el alumnado debe seguir en Argelia o en algunos países de Iberoamérica, con los que el gobierno saharaui firmó convenios de educación, desde los años setenta, vigentes hoy día en Cuba, México y Venezuela. Muchos saharauis han tenido también oportunidad de seguir sus estudios además, en España, sobre todo en las Islas Canarias. Moreno (2011), refleja la organización de las instituciones educativas saharauis, como una estructura jerarquizada, cuyo objetivo es garantizar un coherencia entre los centro de todas las wilayas. En un primer nivel, el Ministerio de Educación, es quien determina las directrices, recursos, contenidos y organización. A un segundo nivel, encontramos la Dirección Regional de Educación de la wilaya, quien realiza el seguimiento de los colegios y coordina las iniciativas que vienen de fuera. En un tercer nivel aparecen en escena los centros educativos, agentes principales del proceso educativo. El sistema saharaui educativo obligatorio va desde los 4-12 años, dividido este en etapa infantil, dividida en tres cursos, esta se realiza en las “Tarbias”, guarderías. La primaria se realiza en las “madrasas”, los colegios, a lo largo de seis cursos: 1 er Grado, 2º Grado, 3er Grado, 4º Grado, 5º Grado y 6º Grado. Para la atención a estos cursos, el estado posee tarbias y madrasas en cada una de las wilayas, una por daira aproximadamente. “Oficialmente tanto la etapa de Infantil3 como la de Primaria son obligatorias para todos los niños, y es este un aspecto muy cuidado, pues es uno de los pocos países africanos con el 100% de niños escolarizados.” (Moreno, E. 2011, p. 5). Una vez que la formación primaria concluye, los jóvenes no tienen muchas alternativas de formación en las wilayas, es por ello que el Ministerio propuso varias opciones: España y Cuba para los mejores expedientes, Argelia y Libia para expedientes medios, y la Escuela-Internado Saharaui 12 de octubre para los expedientes más bajos. Existen otros tipos de educación no formal o reglada, como la Escuela de Mujeres “27 de Febrero”, para mujeres de todas las edades que reciben formación. También conocemos la existencia de la Escuela de Arte, situada en Bojador, que forma a jóvenes en el estudio de la artesanía. O la las Bibliotecas y Bibliobuses Bubisher, que trabajan en todas las wilayas y realizan una significativa labor de animación a la lectura en centros escolares, clases de español, formación de animadores y profesores/as. Cabe destacar, que para la Educación Superior Universitaria, es imprescindible salir al extranjero, pero no todos y todas pueden salir. Existen algunos programas en distintos países para estudiantes saharauis, sobre todo en Argelia y Cuba.
Sin embargo, a pesar de todos los programas, tras la primaria son muchos los jóvenes deciden no continuar sus estudios… Lo que origina una generación desocupada y sin formación, que permanece en los campos de refugiados si aportar nada a la comunidad. Situación agravada por la escasez de empleo en las wilayas. Ésta es sin duda una de las mayores preocupaciones del Ministerio; por ello se quieren promover algunas iniciativas que permitan cualificar a los jóvenes en alguna tarea u oficio, de modo que puedan desempeñar un trabajo en el futuro, pero es un proceso lento, y que requiere muchos recursos. (Moreno, E. 2011, p. 6).
No obstante, se siguen creando sinergias en este sentido, como por ejemplo, el pasado mes de septiembre, se conoció que el director de Relaciones Exteriores de Brasil, expresó la predisposición del SENAI en la formación de profesionales saharauis en distintas ramas industriales1.
Por último señalar, desde nuestra visión y experiencia en los campamentos, que es una comunidad donde las estrategias y saberes compartidos imperan, donde se disponen habilidades sociales más que suficientes para ser personas resolutivas, que a pesar de las extremas condiciones físicas, han aprendido modelos de supervivencia desde el seno de la  propia comunidad, de generación en generación, desde la educación informal de los saberes, la oralidad y la memoria colectiva.

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