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Fuente y foto: muchodeporte.com / Por Alejandro Delmás
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A más de 40 grados centígrados al sol del
Desierto de Argelia, la tarde cae sobre la ‘wilaya’ o campamento
saharaui de Bojador. Es cuando Hamma, el joven electricista de Bojador,
una de las cinco ‘wilayas’ que agrupan a 173.000 saharauis en el área
vecina a la ciudad de Tinduf, se quita el polvoriento mono gris con el
que trabaja diariamente en los tendidos eléctricos, entre mil sudores,
se enfunda camiseta y chándal negros, calza unas botas de tacos con mil
batallas… y toma una bicicleta para dedicarse a su verdadera pasión: el
fútbol.
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A partir de
las 17:00 horas, con un sol aplastante en lo más alto y entre
frenéticos ‘minitours’ de esquina a esquina de la ‘wilaya’, por pistas
terrizas y de gravilla, Hamma patrulla por los campitos aledaños a los
colegios de Bojador. Allí, entre guijarros terrizos, pieles resecas de
cabra y cadáveres también resecos de ratas del desierto (‘djerbos’),
Hamma dirige y alecciona a la Escuela de Fútbol ‘Almajo’, que domina la
Liga de ‘wilayas’ frente a los otros cuatro campamentos bajo control
‘polisario’ y de de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD):
Smara (50.700 habitantes), Laayoune (50.500), Auserd (36.500), Dakhla
(19.400). Bojador (16.500) es la ‘wilaya’ de menos población de todas
éstas… pero los equipos infantil y cadete de ‘Almajo’ (con escudo rojo y
blanco, remotamente parecido al de Atlético de Madrid y Athletic
Bilbao) mandan en la Liga de ‘wilayas’ gracias al esfuerzo de Hamma, que
se esfuerza por dirigir trabajos de ejercicios aplicados, incluso con
conos, aros y estrategias…
“Dinero es lo que más claramente se echa
en falta; con algo de ese dinero, lo demás, equipaciones, balones,
etcétera, ya vendría más rodado”, reconoce Hamma, en buen español, en
Bojador y a preguntas de ‘Muchodeporte’. “Yo saco de mi sueldo un dinero
que me quito de mis comidas para pagar camisetas, balones y material;
será bienvenido todo aquellos que los clubes españoles nos puedan enviar
de equipaciones y material sobrantes de otros años”. En este sentido,
el Barcelona ya ha enviado mucho material a Smara; varios equipos vascos
también lo han hecho, y, a través de los Ayuntamientos de Bollullos de
la Mitación y Gines, el Betis acaba de entegar en Bojador un puñado de
camisetas verdes, aunque no sean exactamente de juego, sino de tiempo
libre. “Por mucho que manden, siempre es poco, siempre vamos a necesitar
más”, hace recordar nuestro joven electricista-entrenador. Otro equipo
andaluz que aporta material: el CD Mosquito, cuyas camisetas amarillas
surgen de repente por los callejones de las ‘wilayas’.
MESSI, ‘EL MEJOR’
Hamma se rinde al fenómeno que cualquiera
puede suponer: “Messi es el mejor jugador del mundo, sin una sola duda,
y luego ya vienen los demás”. En este sentido, los ‘Hamma Boys’ – tanto
como sus colegas de Smara o Auserd- admiran rendidamente al excepcional
talento argentino y, por añadidura, al Barça. Eso, aunque en el entreno
de la tarde en Bojador se divisan algunos émulos irredentos de
Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro: incluso uniformados con el ‘kit’
completo ‘bianconero’ de ‘la’ Juventus. Pero por las calles de tierra de
las ‘wilayas’ dominan, sin una sola duda, las camisetas barcelonistas,
aunque se trate de uniformes de otros años.
Una buena parte de los niños que Hamma
adiestra le pegan al balón y se mueven entre los pedruscos… sin la menor
pieza de calzado: con los pies descalzos. “Con botas no sabría jugar”,
declara algún chiquillo. “Aquí han venido saharauis que ya estaban
integrados en equipos europeos, en canteras, se entrenaban con botas, y,
en efecto, y tenían que dejar el entreno porque les dolían los pies, no
aguantaban”, revela Hamma; bien cerca de los pellejos resecos,
machacados y polvorientos, de cabras, ‘djerbos’ y de algún ‘dop’: los
‘dops’, tremendos y exquisitos (en el plato) lagartos del Desierto de
Argelia.
DEPORTE SAHARAUI, MARATHON… Y ZANOGUERA
Desde 2001, cada año en territorio del
Sahara, a través del desierto argelino y sobre las dunas que circundan
los cinco campamentos, se disputa una maratón solidaria, la llamada
‘Sahara Marathon’, sobre la distancia reglamentaria de 42,19 kilómetros:
que en 2018 verificó por primera vez el triunfo en categoría masculina
de un atleta refugiado, Lehsen Sidhamed nacido en los campamentos,
aunque residente en Velada (Toledo), adonde llegó en 2001 a través del
programa ‘Vacaciones en Paz’. En la ‘Sahara Marathon’ han participado
campeones como Abel Antón, Martín Fiz o el italiano Calcaterra. En
categoría femenina y en 2018, con 3h48:11 se impuso la mallorquina
Inmaculada Zanoguera, campeona de Europa de baloncesto en 2013 con la
Selección española Sub-20, que viajó a los campamentos en busca de sus
raíces cuando supo (en 2016, a través de un documento de su madre,
Naima) que había sido adoptada por su familia española, en Mallorca…
pero su familia biológica era saharaui. Inma y sus dos hermanos, Adriá y
Aisa, fueron dados en adopción a su familia adoptiva de Mallorca por
los Servicios Sociales baleares. En 2016, Inma Zanoguera supo la
realidad. Y tras pasar por la Universidad de Toledo (Ohio), en la Liga
estadounidense de la NCAA, y por el equipo italiano del Battipaglia, la
chica saharaui decidió en 2018 marchar al área de los campamentos en
busca de sus raíces en el Sahara Occidental. Hoy, Inma Zanoguera remata
un ‘Master’ de Literatura en la Universidad de Toledo, se halla
absolutamente comprometida con la causa saharaui… y ultima los retoques
finales en la puesta a punto para el estreno de ‘su’ película: ‘Running
Home’, el ‘film’ sobre su vida y la búsqueda de sus raíces, dirigido y
producido por la cineasta canadiense (de Toronto) Michelle-Andrea
Girouard: ‘Running Home’. Es decir: ‘Corriendo a Casa’.
“A nivel físico, la ‘Sahara Marathon’ es
durísima, por la combinación de calor, viento, terreno duro, arena y
dunas. A nivel emocional, es diferente. Sólo con apuntarte, ya dice algo
de la persona. La motivación no es sólo deportiva. Es más cosa del
alma. Cuando las piernas no me daban ya y creía que me moría del dolor
de espalda que sufro por una hernia, el recuerdo de una madre que no
conocí me empujó hasta la victoria. Todo junto te toca la fibra. Es
mágico. Estoy emocionada”, declaró Zanoguera,
En octubre de 2018, y en Nueva York, Inma
Zanoguera y Michelle-Andrea Girouard defendieron la causa de la
República Saharaui como ‘petitioners’ ante el Comité de Descolonización
de las Naciones Unidas. “Inma Zanoguera avanzaba y avanzaba sobre la
arena y las dunas como deslizándose, cubría metros con zancadas suaves y
sin aparente esfuerzo”, recuerdan aún hoy atletas masculinos que en
2018 fueron a rueda de la campeona europea de baloncesto en la ‘Sahara
Marathon’. El crono de 3h48:11 con el que Zanoguera gobernó la carrera
en 2018 mejoró en más de 55 minutos al de la sueca Li Edqvist, vencedora
en la bien reciente edición de 2019.
En 2019, y en tiempo de 2h52:46, el sueco
John Jonathan Fahlén (2h52:46) ha sido el vencedor de la ‘Sahara
Marathon’, disputada el pasado 26 de febrero. Tanto Fahlén como su
compañero y compatriota Adam Gustaf Wiktor Nyström, octavo clasificado,
pertenecen al Club de Atletismo ‘Proletarium’ (‘Arbetaren’), de
Gotemburgo, de ideología absolutamente progresista. ‘Proletarium’ entró
en contacto con ‘Sahara Marathon’ a través de la ONG sueca ‘Emmaus’.
Esta vez, este 2019, Lehsen Sidahmed, con el dorsal número 1, entró en
segunda posición, aunque mejoró en casi cinco minutos (2h54:51) su
registro de 2018. Este 2019, la RASD se apuntó un buen éxito al colocar a
otros dos saharauis, Bujari Sidi Wagag (3h:00:53) y Daniel Nacht en las
plazas cuarta y quinta, por detrás del vasco Ion Salvador, tercero.
En mujeres, este 2019 se impuso esa otra
sueca del ‘Proletarium’, Li Edqvist (que así heredó en el palmarés a
Inma Zanoguera), al aventajar en la meta de Smara (adornada como si
fuera el arco de entrada de una ‘jaima’) a la española Leonor Maciá y a
la estadounidense Liz Warner. La edición 2019 de ‘Sahara Marathon’
resultó especialmente dura al desatarse rachas de viento en contra en
los últimos diez kilómetros, justo en los toboganes de subidas y bajadas
de las dunas del desierto más cercanas a Smara.
Además de la ‘Sahara Marathon’ el deporte
saharaui ya cuenta con (buenos) jugadores de fútbol dispersados por
Europa, Marruecos y Argelia, tantos como para montar una Selección
nacional de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), que debutó
en 2012 con un amistoso ante Kurdistán. El Gobierno de la RASD está en
proceso de recabar apoyos burocráticos para la integración internacional
de esa Selección. La RASD está reconocida oficialmente por 98 estados
de la Unión Africana. Desde 2016, en los campamentos o ‘wilayas’ también
viene funcionando y se financia un proyecto de voleibol femenino,
añadido a la Liga de Escuelas de fútbol. En Campeonatos Internacionales
‘amateurs’, aunque bajo otras banderas, también han competido boxeadores
saharauis como Sidati Mahmoud.
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