El Presidente de la República felicita a su homólogo ecuatoriano por el 213 aniversario de la independencia de su país SPS Bir Lehlu (República Saharaui), 10 de agosto de 2022 (SPS) – El Presidente de la República y Secretario General del Frente POLISARIO, Sr. Brahim Ghali, felicitó este miércoles a su homólogo ecuatoriano, Guillermo Laso Mendoza, con motivo del 213 aniversario del primer grito de independencia de la República del Ecuador, que coincidió con el 10 de agosto de 1809. En la carta de felicitación a su homólogo ecuatoriano, el Presidente de la República expresó “sus más sinceras felicitaciones, en nombre del pueblo y del gobierno de la República Saharaui, al hermano gobierno y pueblo del Ecuador, con motivo del 213 aniversario de la independencia”. “Este hecho histórico llevado a cabo por el valiente pueblo ecuatoriano, permitió sembrar las semillas de la liberación y emancipación en América Latina, así como el cumplimiento del sueño ...
¿Envenenada por el régimen de Mohamed VI?
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Calvario
en Marruecos de una empresaria que regresó a España inexplicable y
gravemente enferma
Carmen Millán
es una empresaria española que, supuestamente, habría sido víctima de
la administración marroquí contra los proyectos empresariales de Occibelia,
la empresa que preside, y contra sus inversiones, hasta conseguir
arruinarla. Tras diez años de lucha en los Tribunales alauitas, Carmen,
viuda desde 1999 y con una hija de 20 años, se vio obligada a regresar a
España, tras contraer en Tánger una grave e
inexplicable enfermedad que la colocó al borde de la muerte: tuvo que
ser intervenida de urgencia en un Hospital malagueño, pero quedó con
graves secuelas físicas al serle amputadas sus dos piernas y seis dedos de las manos.
Postrada en una silla, arruinada y casi sin esperanzas, Carmen cuenta
su historia sobre lo que supuestamente les ocurre a muchos inversores en
Marruecos.
Carmen con las piernas amputadas
Carmen Millán Chaparro
es una empresaria que tuvo la mala idea de invertir una buena parte de
su patrimonio en la construcción de una Urbanización moderna y
sostenible en los alrededores de Tánger (Marruecos, complejo Atlantic Magna), así como en un edificio de oficinas y de apartamentos en el centro de la ciudad (Torre Almenara). Además, había comenzado a planificar la Ciudad de la Salud,
un proyecto que, según ella, habría contribuido a posicionar
internacionalmente a Marruecos y a atraer inversiones extranjeras.
Su historia es de las que suenan a envenenamientos de Estado, al estilo de los crímenes políticos en Rusia,
que incluyen a periodistas, políticos opositores y empresarios. En este
caso, la muerte quizá pudiera haber sido un alivio: Carmen quedó
postrada en una silla de ruedas sin piernas -amputadas ambas tras quedar
necrosadas-, sin seis dedos en la manos y con una salud muy delicada.
Su historia es de las que producen pánico, e influyó en el desarrollo de
la Asociación de Afectados por Extorsión en Marruecos (AAEM), que recoge casos parecidos al que Carmen Milláncuenta en su propia página web.
Incluso, el presidente de la Asociación de Afectados, Francisco de Arratia,
informó al Gobierno español en su momento que se habían perdido
inversiones por valor de 100 millones de euros en Marruecos. Según la
citada Asociación, tal circunstancia obedece a “extorsiones por parte de
individuos e instituciones oficiales en Marruecos”, por lo que
denunciaron en su día que el Gobierno español y la Casa Real española,
pese a estar al tanto de la situación, no habían hecho nada.
Invertir en Marruecos, ¿palabra de rey alauita?
Según la AAEM, son muchos los inversores extranjeros extorsionados en Marruecos,
pero la historia de la española Carmen Millán es realmente terrorífica,
sobre todo oyéndosela contar a ella misma y en la situación en la que
se encuentra.
Junto a otro socio español, Millán había creado la empresa Occibelia,
con la que emprendió los citados proyectos inmobiliarios en Marruecos;
unos planes que encajaban con los discursos aperturistas y
modernizadores que el Rey Mohammed VI venía ofreciendo
desde su llegada al trono en julio de 1999. Carmen dice que confió en
aquellas palabras y llegó a Marruecos en el año 2000 con dos proyectos
de inversión para un país que estaba saliendo de la oscuridad.
Bajo el pabellón de Occibelia, la empresa que dirigía Millán, en 2005 se lanzó el proyecto más emblemático: Atlantic Magna, una Urbanización de Apartamentos con las máximas calidades enclavada en la Playa de Achakar y las Cuevas de Hércules.
Con ese proyecto se daba respuesta a las exigencias de clientes
internacionales de alto poder adquisitivo, permitiendo su llegada al
país y la entrada de divisas. Occibelia obtuvo la correspondiente
licencia en ese mismo año. El proyecto incluía una depuradora para
reciclar el agua y dio empleo directo a unas 500 personas, la mayoría de
las cuales era la primera vez que estaban dados de alta en la seguridad social marroquí.
La comercialización se produjo con gran
éxito y los clientes, muchos de ellos extranjeros, comenzaron a adquirir
los 93 Apartamentos. Así, Occibelia decidió invertir en un segundo
proyecto en el centro de Tánger: Torre Almenara, un
edificio de modernas oficinas que respondiera a las demandas de la
capital económica del norte de África. El proyecto era tan legal, que
Occibelia consiguió el primer crédito dado en el sector inmobiliario a
una empresa extranjera.
El camino al desastre: Marruecos, país inseguro para inversores
Con los planes en marcha, Millán y su socio proyectaron una Ciudad de la Salud
para favorecer la llegada de extranjeros con alto poder adquisitivo.
Pero en 2008 llegaron los ataques y amenazas: las Administraciones
locales les comunicaron sin previo aviso la paralización de las obras en
la Urbanización Atlantic Magna. “Un día, la Policía y las máquinas
irrumpen en el complejo y sin orden judicial comienzan a derribarlo”,
cuenta Carmen Millán, que en ese momento estaba allí sola con sus
empleados.
Carmen Chaparro mostrando su urbanización y su posterior derribo
Las autoridades locales ordenaron
derruir lo que Occibelia había construido, vulnerando el derecho a la
propiedad privada reconocido expresamente en la Constitución de aquel
país. Pero años después, en sentencia firme por los Tribunales ordinarios de Marruecos e incluso por el Tribunal Supremo de ese país, la Justicia marroquí constató que la demolición se produjo ilegalmente,
de forma arbitraria, sin ningún motivo. Aunque el Supremo marroquí dio
por completo la razón a Occibelia, fijó una indemnización ridícula, que
no llegaba a los 800.000 euros, cuando los daños reconocidos por los
distintos peritos judiciales designados por el propio Supremo ascendían a
24 millones de euros.
Carmen Millán sostiene que su actitud de
respetar la legalidad, de cumplir con las normativas, de que todo fuera
transparente, había despertado los recelos de sus competidores, de
otros constructores y de algunos políticos locales, que empezaron a
extorsionarla. Carmen y su empresa Occibelia decidieron no “entrar por
el aro”, y sus competidores comenzaron a ver en ella a un competidor
“desleal”, porque supuestamente no pagaba ‘mordidas’.
Pero lo cierto es que el derribo de
Atlantic Magna iba a tener unas consecuencias demoledoras para todos los
proyectos de Occibelia en Tánger: terminaron por paralizarse los otros
dos por no ser factible su financiación. Ni Torre Almenara ni La Ciudad
de la Salud pudieron seguir adelante, lo que agravó el perjuicio
económico para la empresa española.
Batalla judicial: Occibelia contra la ‘nomenklatura’ de Tánger
En 2008, en vez de pagar ‘mordidas’, Carmen comenzó a luchar con sus abogados para defender la empresa Occibelia, sus proyectos, su patrimonio y el de su hija, Andrea,
que entonces era menor de edad: presentó demandas contra varias
Administraciones públicas; la primera y la más importante contra el Gobernador de Tánger. Pero Carmen se topó de bruces con la ‘nomenklatura’.
No importó que los Informes periciales
encargados por el propio Tribunal no dejaran resquicio a la duda sobre
la legalidad de Occibelia. Esos Informes recogían que los daños
económicos generados por la demolición ascendían a 24 millones de euros.
Pero los tribunales marroquíes no fueron sensibles a los cálculos
establecidos por sus propios peritos.
Cuando comenzaron los derribos de Atlantic Magna, los funcionarios marroquíes invocaron el nombre del rey de Marruecos, Mohamed VI,
como el causante, pero Carmen siempre estuvo convencida de que no era
cierto: el rey quería que el norte de Marruecos, y Tánger
particularmente, fueran un motor para el desarrollo económico de su
país, y los proyectos de Occibelia contribuían a ello. Carmen quiso
llevarle un mensaje a Mohamed VI, pero no sólo no le sería posible
llegar hasta él, sino que a la postre su decisión le traería malas
consecuencias, como una retención inicial en dependencias policiales en un país del que se sabe que no respeta los derechos humanos.
Las sentencias favorables y una indemnización irrisoria
Finalmente llegaron las sentencias, y
todas coincidían en que la demolición de Atlantic Magna fue ilegal, se
había hecho sin ningún motivo que tuviera amparo en las normas y esa
decisión había causado un perjuicio a Occibelia, según el propio
Tribunal Supremo de Marruecos. La Justicia daba así la razón a Carmen
Millán y a la empresa Occibelia: el derrumbe fue ilegal.
Peo la indemnización que fijaron fue de
chiste: la sentencia otorgaba una indemnización irrisoria, de menos de
800.000 euros. Esa cantidad cubría apenas una pequeñísima parte de los
daños causados con el derrumbe ilegal al patrimonio de Carmen y de su
hija y no les resarcía mínimamente del grave expolio sufrido. La vía
judicial Marroquí se había agotado con una victoria que no servía para
hacer justicia.
Carmen se derrumbó, pero continuó la batalla por la vía diplomática: ha enviado cartas al rey de España don Felipe VI, al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy,
al ministro de Asuntos Exteriores, a la embajada de Marruecos en
Madrid, a la embajada de España en Rabat, al Parlamento Europeo… con
escasos resultados. Así que decidió contar su calvario en los medios de
comunicación marroquíes, pero fue censurada en varias ocasiones. Y acaso
fuera el detonante de su misteriosa enfermedad.
La ruina y una enfermedad muy sospechosa
En esos momentos, por si fuera poco, y
en circunstancias muy extrañas, Carmen enfermó gravemente en Tánger y
tuvo que regresar de urgencia a España. Entró en coma más de 15 días y
fue intervenida al borde de la muerte, sufriendo la amputación de sus
dos piernas y de parte de sus manos.
Dedos con necrosia de Carmen Chaparro
Permaneció durante meses ingresada en un Hospital de Marbella, intentando salir adelante. Su extraña y dolorosa enfermedad, sin motivo conocido ni explicación para la ciencia médica,
y su regreso a España para ser hospitalizada y operada con urgencia
fueron golpes terribles para Carmen y su familia. Estuvo al borde de la
muerte y se salvó milagrosamente.
Carmen dice que no se rinde: ella y su
equipo internacional de abogados no van a parar hasta que se haga
Justicia y recurrirán para ello a todas las herramientas que el Derecho
Internacional les concede.