Buenos Aires, 23 de noviembre de
2018.
Ref.> Cuestión del Sahara
occidental.
Sr. Decano de la Facultad de Defensa
Nacional
De mi mayor consideración:
El
pasado 18 de octubre de 2018, concurrí a la Conferencia titulada “Diferendo
del Sahara. La autonomía una solución realista a un conflicto artificial”. Quién escribe estás líneas, fue alumno de la
Escuela de Defensa Nacional, más precisamente de la Maestría, promoción 78 y
autor del libro “Sahara Occidental El conflicto olvidado” publicado por la
Editorial Universitaria del Ejército (EUDE).
Las razones que me impulsan a molestarlo por este medio, es que luego de
una larga y profunda reflexión, consideré pertinente hacer algunas
puntualizaciones sobre la citada conferencia, en la cual sin tapujos se ha
defendido la tesis anexionista marroquí. El disertante cuenta con toda la
libertad para expresar sus ideas, garantizadas por nuestro ordenamiento
positivo, con la salvedad que ha hecho consideraciones, que distan de la
realidad en torno al conflicto, especialmente en materia de derecho
internacional. Agregándose otras, ya más graves, que afectan a quienes apoyamos
la postura saharaui. Sobre el cual hablaré mas adelante.
La Argentina ha sido un país que
tradicionalmente apoyó el derecho inalienable de los pueblos a la
autodeterminación. En este caso, en su momento por medio de una nota del
entonces Ministro de Relaciones Exteriores, Dr Dante Caputo, en 1988, asumió el
compromiso de reconocer a la República Árabe Saharaui Democrática, hecho que
quedó trunco por la crisis que aquejaba la presidencia del Dr Raúl Alfonsín. En
esta algo extensa nota, le hago llegar algunos aspectos, que no pueden ser
pasados en alto, más en un ámbito académico, a fin de que los
alumnos/docentes/investigadores tengan herramientas para luego arribar a sus
propias conclusiones.
Es conocido quienes sostienen o
defienden la postura desde el punto de vista marroquí, negar la existencia de
los saharauis como pueblo, sobre la base de varios argumentos, de difícil
sustento histórico. Un ejemplo es la idea del Gran Marruecos, que según la
historiografía marroquí, tanto el Sahara Occidental, Mauritania, parte de Malí
y el oeste de Argelia eran parte de una suerte de “Marruecos histórico”. Estos
argumentos fueron desarmados de manera contundente por el Dictamen de la Corte
Internacional de Justicia de 1975 señaló claramente Los materiales e información
presentados al Tribunal muestran la existencia, en el momento de la
colonización española, de vínculos jurídicos de vasallaje entre el Sultán de
Marruecos y algunas de las tribus que viven en el territorio del Sáhara
Occidental. Igualmente, muestran la existencia de derechos, incluidos derechos
sobre la tierra, que constituyen vínculos jurídicos entre la entidad mauritana,
tal como la entiende el Tribunal, y el territorio del Sáhara Occidental. De
otro lado, la conclusión del Tribunal es que los materiales e información
presentados a él no establecen ningún vínculo de soberanía territorial entre el
territorio del Sahara Occidental y el reino de Marruecos o la entidad
mauritana. Por tanto, el Tribunal concluye que no ha encontrado vínculos
jurídicos de tal naturaleza que puedan afectar a la aplicación de la resolución
1514 (XV) de la Asamblea General a la descolonización del Sáhara Occidental y,
en particular, al principio del autodeterminación a través de la libre y
genuina expresión de la voluntad de los pueblos del territorio. Esto pone en evidencia la “solidez” de los
argumentos de Marruecos en relación al Sahara.
Antes de avanzar sobre el conflicto. Tocaré
el tema de los saharauis como pueblo. Sus orígenes debemos remontarnos a los
bereberes sanadja, que eran dominantes en la zona. En el siglo VIII comenzó la
penetración árabe y con ello, el proceso de islamización que por cierto fue lenta.
En el siglo XI llega a la zona un erudito, traído por un líder de una
confederación bereber, este era Ibn
Abi—l—Hayyay (985—1039), impulsor del islam ortodoxo y malikí. La dictadura de
ibn Yasin, líder de la citada confederación, terminó con su exilio en un convento - fortaleza, o ribat. Donde posteriormente se formaría
una fuerza de monjes – guerreros que conmocionarían al mundo medieval. Hacia el
1052, la expansión de los almorávides se extiende desde el Níger hasta las
tierras saharauis. En el 1054, los almorávides se lanzaron contra el actual
territorio de Marruecos, donde fundarían Marrakech – ciudad que dio el nombre
luego al propio país – y se lanzarían contra el próspero reino de Ghana, para
luego avanzar sobre el sur de España (1100). Los almorávides fueron derrotados
por una confederación tribal bereber al sur de Marrakech, dando paso a los
almohades, cuyo límite de expansión al sur, fue el río Draa, conocido en la
antigüedad, como país o reino del Sous o Sus. Esto pone en evidencia que las tierras
del Sahara Occidental, tienen una historia propia, incluso Yahya Ibn Abu Bakr
al—Sahraui, antiguo comandante almorávide, quedó recluido en las tierras
saharauis, siendo reconocido como Emir. Los saharauis lo reconocen como un
antepasado ilustre y prueba de su existencia en la historia. Muchas veces en el
marco de una pésima política de negacionismo, se pretende mostrar a los
saharauis, como una suerte de invención, ya sea argelina como española.
El siglo
XIII una facción de la tribu árabe Beni Maquil, más precisamente los Beni
Hassan se mezclaron con la población local, los bereberes sanadja, mezcla que
daría origen a los saharauis. El idioma árabe hassania, será uno de los
elementos distintivos. En este largo proceso histórico, se conforma una peculiar
organización, que va desde las tribus con sus peculiaridades, como organización
social, asi como la aparición de instituciones como el Consejo de los Cuarenta,
organismo que aglutinaba a los líderes tribales para tratar temas de interés
común.
Existe un
cúmulo de pruebas histórico jurídicas, que pone en evidencia la falta de
argumentos sólidos de Marruecos sobre el territorio. En 1767, España y
Marruecos celebran un tratado, donde claramente el sultán reconoció que los
territorios al sur del río Draa, no eran parte de sus dominios En el 2º
(en referencia al tratado) ha rehusado S.M.I. enteramente el deliberar:
dice que aquellos paises desde Santa Cruz (Agadir) al Sur no son suyos: que los
habita una gente silvestre que jamás ha podido sujetar: que han acometido y
destrozado cuantos allí han querido esta establecerse allí y que por tanto no
puede empeñar su palabra o permiso para que nosotros lo logremos; que sin
embargo deja al arbitrio del Rey el hacerlo, pero sin hacerse responsable de
los sucesos. El almirante Jorge Juan, en una carta de esa época, sobre las
negociaciones señaló “Su Majestad
Imperial se abstiene de deliberar con el objeto del establecimiento que su
Majestad Católica quiere organizar al sur de la ribera del río Nun, ya que no
puede responsabilizarse con los accidentes y situaciones que puedan producirse,
ni con los perjuicios sobre las gentes de Canarias, o que sean sometidos al
cautiverio, porque su soberanía no se extiende sobre las poblaciones nómadas y
feroces que habitan el país. En 1799
en un nuevo tratado con Marruecos de paz y comercio, una de las partes de dicho
texto decía “Si algún buque español
naufragara en el río Nun y su costa, donde no ejerce dominio su Majestad
marroquí, ofrece sin embargo, en prueba de cuánto aprecia la amistad de su
Majestad Católica, valerse de los medios más oportunos y eficaces para sacar y
libertar las tripulaciones y demás individuos que tengan la desgracia de caer
en manos de aquellos naturales. En otras palabras, la frontera marroquí
estaba claramente delimitada y el Sahara Occidental, en aquel momento,
conocidos como Saguia el Hamra y el Río de Oro, estaban fuera de los dominios
del Sultán.
Existen
relatos de náufragos y prisioneros, todos ellos occidentales, que estuvieron en
manos saharauis, y relataron historias sobre dicho pueblo, donde claramente
surge que eran independientes de cualquier poder marroquí, como de los emiratos
mauritanos.
La defensa
que realizó Francia sobre Mauritania, cuando su ingreso fue obstaculizado por
Marruecos – bajo el fútil argumento de haber sido parte del Gran Marruecos –
para ingresar a las Naciones Unidas en 1960, empleó parte de los argumentos
antes citados, resaltando que las tierras al sur del río Draa nunca formaron
parte del Imperio Xerifiano o Sultanato de Marruecos. Estos elementos fueron receptados por la
Corte Internacional de Justicia en su histórico dictamen de 1975.
El dominio
español en la zona respondió a la seguridad de la islas Canarias, en varios
momentos históricos, Madrid buscó
asentarse en la zona, como fue el caso del Puerto de la Santa Cruz de la Mar
Pequeña, luego Sidi Ifni, enclave cedido a perpetuidad tras la guerra de 1860
(en los tratados firmados por Maruecos reconocieron la hispanidad de Ceuta y
Melilla, posesiones de larga data). En el proceso de ocupación del Sahara,
limitado por problemas económicos y materiales, además de la resistencia local,
incluyó los territorios al sur del Río Draa (Cabo Juby) y los que hoy forman parte el Sahara Occidental.
En su momento los franceses, sufrieron la resistencia del Chej Malainin,
personaje que buscó apoyo en Marruecos, pero que luego cambió de opinión,
cuando el sultán aceptó el protectorado europeo. Lo que motivó que sus fuerzas
se tornaran en apoyo al Señor de Marrakech, que disputaba el trono. La Corte Internacional, consideró que este
personaje, jefe espiritual y político de varias tribus saharauis, buscó apoyo
en Maruecos por mero oportunismo político, para luego volverse en contra,
cuando no era funcional a sus objetivos políticos. Incluso invadió Marruecos y
se hizo proclamar sultán, para luego ser derrotado por los franceses y
exiliarse.
El
despertar nacional saharaui es tardío, está estrechamente con la política
colonial española en el área. Entre 1957-58 se desarrolló la Guerra de Ifni –
Sahara, donde las llamadas “Bandas del Ejército de Liberación” formada por
marroquíes, saharauis y mauritanos, con apoyo encubierto de Rabat hostigaron a
españoles y franceses. Los franceses brindaron cierto apoyo a los españoles que
les permitió llevar a cabo operaciones de desembarco en Sidi Ifni, asediados
por irregulares marroquíes y en el Sahara se ejecutaron operaciones formadas
por grupos móviles dotados de gran poder de fuego, que actuaron en la
profundidad del territorio enemigo. En Ifni, las tropas asediadas fueron
apoyadas por la primera operación aerotransportada ejecutada por las FFAA
españolas con gran éxito. Junto a los franceses se llevó a cabo la Operación
Teide. En un mes el territorio estaba pacificado. Los saharauis y mauritanos
decepcionados por el uso político que quería darle Marruecos, abandonaron las
filas del Ejército de Liberación y serian en el caso de los saharauis, germen
del movimiento nacionalista. Marruecos
imbuido sobre las ideas Allal al Fassi sobre el Gran Marruecos reclamó para si,
territorios vecinos. España como táctica de apaciguamiento cedió Cabo Juby,
poblado por saharauis, que en 1972 protagonizaron una importante revuelta. En
los días de la guerra de liberación (1975-1990) dicha población apoyó en gran
medida al Polisario.
El reclamo sobre el Sahara, está
sustentado ideológicamente por la idea del “Gran Marruecos” construcción que
deriva de las ideas de Allal al Fassi, lider del partido nacionalista Istiqlal,
sobre la tergiversación de la historia marroquí. EL Gran Marruecos reclama
territorios en Argelia, el propio Sahara Occidental, Mauritania, Malí. Es coincidente con el imperio almorávide, que
como hemos visto, surgió en las entrañas del desierto, muy lejos de Marruecos
Estas ideas del “gran Marruecos” o la “Gran Alemania” son construcciones con el
objetivo de aglutinar la opinión publica en torno un ideal. Ejemplo práctico,
fue la idea de la “gran Finlandia” que movilizó a la opinión pública, pero su
puesta en práctica resultó un fracaso. Los finlandeses por razones operativas
al recuperar territorio perdido en 1940 frente a la Unión Soviética, ocuparon
tierras carelias. Los carelios étnicamente son similares a los fineses, pero
tienen una historia diferenciada. Los intentos de asimilarlos culturalmente e
integrarlos políticamente fueron contraproducentes. Por razones políticas y
evitar males mayores, Helsinki abandonó la idea de anexión de Carelia Oriental
y solo mantuvo presencia por razones militares. Esto pone en evidencia como una
falsedad histórica puede acarrear a un verdadero desastre político. La idea del
Gran Marruecos es consecuencia de una historia convulsionada, donde durante
décadas el sultán perdió poder ante los jefes regionales. El llamado “Majzén” o
autoridad nacional centrada en el Sultán (el término encierra una forma
particular de gobierno, es más complejo) a mediados del siglo XIX era simbólica
y ejercía el poder solo en algunas grandes ciudades. El resto estaba en manos
de jefes casi feudales muchas veces en pugna entre sí y con el propio
Sultán. El Rif, donde se estableció el
protectorado español, era de hecho independiente del Sultán. Su líder el
legendario Abd el Krim en 1925 proclamó una república e incluso cuando España
estaba por retirarse de la zona, Abd el Krim aspiró a retornar a dicha zona y
mantenerla independiente del poder de Rabat.
Marruecos con una monarquía débil,
donde los jefes locales negociaban muchas veces directamente con las potencias
europeas, fue presa del colonialismo. En 1912 el establecimiento del protectorado,
no fue más que una legalización de una situación de hecho que venía desde
mediados del siglo XIX. En el exilio Al Fassi maduró esta idea de Gran
Marruecos, como elemento de legitimara la sultán y hubiera un proyecto de país.
A fines de los 50, la rebelión del Rif contra el centralismo de Rabat, ahogado
con sangre, fue una clara señal que había que tomar medidas centralizadoras.
Así Mohamed V de sultán se convirtió en rey. La idea del destino manifiesto
legitimó a la monarquía, pero trajo aparejado un estado de conflicto con sus
vecinos. Esto sería hábilmente empleado por Hassan II para descomprimir una
situación interna siempre explosiva. Los años 60 la izquierda tuvo un
importante avance, siendo figura representativa Ben Barka – asesinado en Francia
por agentes marroquíes – abrió paso a los “años de plomo” del reinado de Hassan
II. Marruecos llevó a cabo las ideas de Istiqlal, lo que le acarreó una guerra
con Argelia, donde quedaron truncas las aspiraciones de anexar la zona de
Tinduf. Luego vino el conflicto con Mauritania. Dijimos anteriormente que
Francia en la defensa de su ex colonia utilizó como argumentos los tratados
internacionales suscriptos por Marruecos y España, además de los tratados que
establecieron el régimen de protectorado. La zona “francesa” estaba limitada
por el río Draa, coincidentes con el “Maruecos histórico”. Los constantes conflictos externos, permitió
a la monarquía hacer frente a un sinnúmero de problemas domésticos, que fueron
de alto nivel de conflicto social. El régimen de Hassan II se caracterizó por
el autoritarismo, nepotismo y elevados niveles de corrupción. Los lazos con
Francia se reforzaron con la salida de esta de Argelia. Marruecos fue de alguna
manera la plataforma por la cual París regresaba o mantenía su influencia en
África. En 1971 hubo una intentona
golpista que habilitó al siniestro general Ufkir como hombre fuerte del
régimen, acentuándose la represión interna.
El descubrimiento de fosfatos en el
Sahara Español, significó una seria competencia para Marruecos, entonces uno de
los grandes productores mundiales. Por otro lado la llegada de colonos, el
refuerzo militar español, fue sin ninguna duda algo que llevó a Rabat a tomar
medidas destinadas a neutralizar a España. Franco no le agradaba Hassan II, y
una reunión conocido como “Espíritu de Barajas” el rey marroquí, bajó los
decibeles. El régimen franquista apoyó decididamente el desarrollo del Sahara,
el estatus de provincialización, la creación de una asamblea territorial. La
urbanización de los saharauis, cambió muchos hábitos y el sentir de unidad
nacional se hizo patente con un claro rechazo al anexionismo marroquí. Marruecos, tenía problemas con sus militares,
estos fueron parte de la guerra del Yom
Kippur, lucharon en el frente del Golán, donde fueron derrotados junto a
los aliados sirios por las fuerzas israelíes. Dicho cuerpo expedicionario fue
estacionado al sur del país, para evitar males mayores. La idea de anexar al
Sahara, tenía como objetivo, proyectar poder e influencia a Mauritania, que
podía caer bajo influencia argelina, tener un flanco para una defensa en caso
de ataque argelino, controlar el fosfato y evitar cualquier experiencia
progresistas y republicana en el Sahara y que afectara la estabilidad interna.
El lobby marroquí se contactó con intereses económicos españoles, quienes se
beneficiarían con la anexión. Especialmente en materia de pesca.
La desaparición de Bassiri, lider
moderado nacionalista saharaui, llevó a que exiliados, como de activistas
formaran el Frente Polisario, inspirado en muchos aspectos en el FLN argelino. Sus
integrantes eran estudiantes universitarios, jefes tribales, empleados,
operarios de obras públicas, cabos de la policía territorial y las agrupaciones
nómadas (unidad del ejército español en la zona). Nacionalista, panárabe y
progresista, critico de la sociedad tradicional, genera serias dudas sobre su
tolerancia sobre la esclavitud, como a veces se deja entrever los partidarios
pro marroquíes. Esta institución de esclavitud/servidumbre fue tolerado por los
españoles, pero con el Frente las cosas cambiaron. En los días de la guerra de
Liberación, los campos de refugiados fueron organizados como una verdadera
sociedad socialista, donde el rol de la mujer fue relevante, a diferencia de
otros países de la región. .
La habilidad diplomática de Hassan
II, la guerra Fría, la geopolítica y una España débil políticamente por la
enfermedad del Dictador – pero no desde el punto de vista militar que era muy
superior – facilitaron las cosas para llevar a cabo la Marcha Verde. El
dictamen de la Corte de Justicia de 1975, las resoluciones de Naciones Unidas
desde 1965, daban por tierra cualquier problema de “integridad territorial”.
Quienes debían decidir eran los saharauis. El reclamo mauritano, sobre el cual
había lazos culturales (comparables Argentina y Uruguay, o de ciertas zonas del
NE con Paraguay), llevó a Maruecos aliarse con Mauritania y repartirse el
territorio. Mauritania, país con profundas divisiones sociales, entre los
árabes/arabizados del norte frente a los negros del sur, incorporar a los
saharauis, mejoraría la situación a favor de los árabes. Un conflicto externo
aglutinaría a un estado con escasa cohesión interna (Mauritania es un invento
francés de 1946). La Marcha Verde, organizada con apoyo saudita y de Estados
Unidos, fue una maniobra de invasión. Previo a ello España denunció decenas de
incidentes armados, rechazados enérgicamente por los duros legionarios. La Operación Marabunta fue un plan español
para dar respuesta a Marruecos. Nunca se llevó a cabo, la muerte de Franco y el
triunfo de la tesis abandonista, llevó a Madrid abandonar su antigua Provincia
del Sahara. El secretario general de la ONU, Waldheim hizo saber su malestar
por la actitud española, contrario al derecho internacional, El titular del
derecho de autodeterminación es el PUEBLO SAHARAUI, sobre ello existen
resoluciones de Naciones Unidas, declaraciones del gobierno español, la
Organización de la Unidad Africana, el Informe de la Misión Visitadora de
Naciones Unidas de 1975, y el Dictamen de la Corte Internacional de Justicia de
1975.
Una guerra en el Sahara, la muerte de
Franco y la posibilidad de un golpe “a la portuguesa” eran fantasmas que rodeaban
en Madrid. Así, por medio de los Acuerdos de Madrid era cedida la Administración
del territorio a Mauritania y Marruecos. La violencia de la ocupación, llevó a
huir a 40.000 personas, siendo objetos de ataques aéreos. Acreditado por
investigaciones y los propios españoles. España evacuó a los civiles, unos
20.000. En el medio del caos, fue proclamada la República Árabe Saharaui Democrática
o RASD en el caserío de Bir Lehlú.
Es una pena que no se tocara la
guerra de Liberación, donde los saharauis con apoyo material libio montaron una
guerra asimétrica, combinado con acciones convencionales. Los antiguos soldados
saharauis que sirvieron en las unidades españolas fueron un factor clave. Las
tácticas aprendidas con los españoles, empleando vehículos tipo pick up o jeeps
con armas como cañones sin retrocesos y ametralladoras pesadas se convirtieron
en la punta de laza de unidades altamente móviles. En la República Saharaui, su
estrategia nacional era debatida por el Congreso del Polisario, para luego ser
implementado por el Politburó de dicho Frente, que a su vez se traducía en
directivas estratégicas nacionales. Ante los dos oponentes, los saharauis
tomaron medidas concretas, considerar la racionalización de objetivos, para que
tuvieran simetría con los medios y recursos disponibles y priorizar las
misiones asignadas, a fin de satisfacer las principales. El Nivel Operacional recayó en el Ministerio de Defensa de la RASD, la
conducción táctica quedó en manos de las “regiones militares” dotadas de amplia
autonomía operativa. Marruecos a pesar de los recursos abrumadoramente
superiores y el apoyo logístico francés, por ejemplo no contaba con Estado
Mayor Conjunto (ni cuenta hasta el dia de hoy). Esto tuvo su impacto en las
operaciones conjuntas entre fuerzas aéreas y terrestres, a ello se agregó las
interferencias del nivel estratégico con el táctico eran frecuentes. Desde el
alto mando en Rabat era frecuente impartir directivas a unidades tácticas. En
la guerra con Mauritania, fracasado el intento del golpe estratégico – donde
muere el primer presidente de la RASD en combate, El Uali Mustafa Sayed –la
conducción saharaui, apuesta a una guerra de desgaste concentrando el esfuerzo
contra la base económica del país, la minería del hierro.
Los saharauis sabían que no podrían
derrotar a sus enemigos, es por ello en los diversos congresos del Frente
Polisario, el objetivo es desgastar al enemigo para obligarlo a sentarse a la
mesa de negociaciones. No eran milicianos, como despectivamente se dijo en su
oportunidad. Estamos hablando de ex cuadros – suboficiales – del ejército
español y también soldados, que eran la columna vertebral del ELPS, Ejército de
Liberación Popular Saharaui, engrosados por reclutas de los campos de
refugiados. El célebre escritor español Pérez Reverte estuvo en sus operaciones
y es muy elocuente sobre la eficacia de las tácticas, donde la movilidad,
potencia de fuego, sorpresa e inteligencia táctica son combinaciones letales,
para atacar la red de guarniciones marroquíes dispersas en el Sahara.
Mauritania tuvo que recurrir no solo al apoyo marroquí, algo que exacerbó la opinión
nacionalista de los militares mauritanos, sino de Francia, en tareas de
planeamiento y conducción de operaciones.
La estrategia saharaui de desgaste
tuvo el efecto deseado. Mauritania terminó con el 60% del presupuesto destinado
a la guerra y un ejército de 18.000 soldados, ávido de reclutas. El país estaba
al borde del colapso y finalmente un golpe de Estado, terminó con el régimen de
Uld Daddah y comenzaron las negociaciones de paz. En 1984 Nuakchot reconoció a
la RASD. La misma “medicina” fue aplicada a Marruecos, incapaz de dar respuesta
a la guerra móvil planteada por los saharauis. En los 80, estos con apoyo
argelino – Libia se retiró luego de una serie de desinteligencias dada la
personalidad del dictador Gadafi – los saharauis pudieron organizar fuerzas de
tareas mecanizadas, con cobertura antiaérea de baja cota. Los marroquíes
contaban con fuerza aérea, armamento moderno, potentes fuerzas mecanizadas,
pero dado que Rabat no tenía comando conjunto, la cooperación aire tierra era
complicada. La ayuda de Estados Unidos, Francia e Israel mejoró esto al final
de la guerra en 1991. La imposibilidad de terminar con los golpes de mano,
llevó a la construcción de muros defensivos. Costoso en dinero y vidas humanas,
dado que muchos perdieron la vida en su construcción, dado que eran objeto de
ataques sorpresivos, incluso de unidades mecanizadas con apoyo de tanques
T55/62. El soldado marroquí, generalmente recluta de las montañas y ciudades,
tenía serios problemas de adaptación al duro desierto. Los saharauis, gentes
del desierto, se adaptaban perfectamente, a ello se agregaba su sistema de
comando y control, flexible, frente a un enemigo que tenía un sistema
rígido. Los muros, son símbolo de un
fracaso militar, dado que ante la falta de una estrategia clara, nunca Rabat
pudo dar un golpe decisivo. La guerra era muy costosa en vidas y dinero, llevó
al país a movilizar como fuerza de ocupación más de 100.000 efectivos para
contener a unos 8.000/10.000 combatientes saharauis. La guerra insumió casi la
mitad del presupuesto marroquí. Sugiero la lectura de la obra del general
argentino Giovanelli, viejo libro de los 50, pero muy interesante sobre
campañas en el desierto, donde explica claramente la importancia de la
movilidad, accionar conjunto y mando y control flexible.
En 1991 las partes estaban
desgastadas, la Guerra Fría llegó a su fin, y los vientos de cambio llevaron a
negociar. Marruecos reconoció al Frente Polisario como actor en el conflicto.
El plan de Arreglo entró en vigor. Esto es interesante para el debate, sobre
guerra asimétrica y como un actor aparentemente más débil, con una estrategia
definida y objetivos claros puede alcanzarlos. El plan de paz, ha sido
hábilmente empleado por Rabat para prolongar la ocupación, que nadie reconoce,
ni su propio aliado francés y continuar con el expolio de los recursos,
fosfatos y pesca. Genera importantes ganancias que no ayudaron a convertir a
Marruecos en un país desarrollado. La alianza con Francia ha permitido
garantizar el veto del Consejo de Seguridad para que la MINURSO tenga facultad
de monitoreo de Derechos Humanos. ¿Por qué se niegan? Una pista la encontramos
en la Instancia de Equidad y Reconciliación, una suerte de comisión de verdad
sobre los años oscuros de Hassan II, donde se reconoció las violaciones a los
DDHH, tanto en Marruecos como en el Sahara ocupado. Forma parte de una política
de negacionismo, donde la potencia ocupante ha sido cuestionada constantemente
por los derechos humanos, especialmente hacia organizaciones nacionalistas,
defensoras de los derechos humanos, asociaciones laborales. El campamento de
Gdeim IZik, de 20.000 manifestantes, es prueba del descontento social
existente. Otro tema pendiente son el centenar de prisioneros saharauis que
nunca regresaron de las manos de Marruecos y dicho país se niega dar
explicaciones de ello.
El plan de paz de 1991 fue incumplido
por el gobierno de Rabat. Sugiero leer también los informes de Naciones Unidas
durante la gestión de Ban Ki moon, cuando solicitaba tener en cuenta la
temática de derechos humanos y un régimen de monitoreo. Asimismo es elocuente
las denuncias del número dos de la MINURSO en su momento, Frank Ruddy, político
de origen republicano y por ende, no muy amigo del Polisario, que denunció las
maniobras de Rabat para impedir el referéndum. Las listas están elaboradas y
esperan en una caja especial en Suiza, para ser empleados en la votación. Muchos hablan que los saharauis son nómadas y
es imposible identificarlos. Naciones Unidas los identificó y en la llamada
zona liberada, viven 15.000 personas de manera permanente, además de los
exiliados en Tinduf.
Las Naciones Unidas en resoluciones
condenó la invasión del Sahara (res 34/37
de 1979) donde el Frente Polisario es reconocido como representante
legítimo del pueblo saharaui. Esto es un movimiento de liberación nacional.
Parte del texto dice Deplora
profundamente la agravación de la situación, como consecuencia de la
persistente ocupación del Sahara Occidental por Marruecos y de la ampliación de
esta ocupación al territorio recientemente evacuado por Mauritania» y «pide
encarecidamente a Marruecos que participe también en la dinámica de paz y
ponga fin a la ocupación del Territorio
del Sahara Occidental. Marruecos no
solo violó los Acuerdos de Madrid, contrarios a derecho, sino también el
tratado de límites de 1976 con Mauritania, al ocupar y anexar ilegalmente un
territorio, que había reconocido como mauritano. El marco jurídico sobre la
ilegalidad de la ocupación es contundente. El dictamen del Asesor Jurídico de
Hans Correll en 2002, sobre la legalidad de la explotación de los recursos
naturales en la zona ocupada por Marruecos deja en claro que las actividades
llevadas por la potencia ocupante, son abiertamente contrarias a derecho. Un
fallo histórico, en este 2018, del Tribunal Superior de Justicia Europeo sobre
el Acuerdo UE – Marruecos sobre Pesca, ratifica una vez más la ilegalidad de la
ocupación. Rabat pretendía incorporar las aguas saharauis, como propias. El
fallo decretó que Sahara Occidental es un territorio distinto de Marruecos,
sobre el cual la soberanía en dicho territorio no es reconocida por el Derecho
Internacional. Por lo tanto las aguas saharauis quedan fuera del acuerdo. La
sentencia de este año, es coincidente con otro fallo similar del 21 de abril de
2016. La justicia sudafricana falló también en contra de Marruecos, en el marco
de una disputa por la titularidad de los fosfatos que llevaba un buque. Dicho
mineral provenía de las minas de Bu Craa, en la zona ocupada. Cabe destacar que
Sudáfrica como la totalidad de los Estados africanos con la excepción de
Marruecos, reconoce la estatalidad de la Republica Saharaui.
Ahora, terminando con esta extensa
nota, tocaremos el tema del Polisario. Esta organización, es un movimiento de
liberación nacional. Tiene su trayectoria histórica, como consecuencia de la
desaparición de Bassiri en 1970, lo que radicalizó el movimiento nacionalista
saharaui. Tanto las resoluciones de Naciones Unidas como el Derecho de Ginebra,
especialmente los protocolos de 1977, definen lo que es movimiento de
liberación nacional. .La resolución 34/37 de Naciones Unidas, reconoció el
estatuto de beligerante formalmente al Frente Polisario. Algo que dista mucho
de ser una ONG terrorista. La doctrina internacional nos dice que las guerras
de liberación nacional, son conflictos internacionales En un extenso informe realizado por las
Cortes Generales de España, donde altos funcionarios del antiguo Sahara Español
fueron interpelados, queda en claro que la agresión fue marroquí. Incluso
Madrid denunció estos hechos en las Naciones Unidas. Es interesante el
testimonio del general Rodríguez de Viguri, último secretario general de la
Gobernación del Sahara Español, donde denuncia actividades terroristas, minado
en la frontera, infiltración de patrullas, rechazadas por las tropas espaolas..
El general Gómez de Salazar, último gobernador ante el Congreso de Diputados
expresó sobre el comportamiento de los ocupantes marroquíes hacia los
saharauis. Sí tuve conocimiento de las
torturas, robos y allanamientos de morada que el Ejército marroquí realizó
durante la administración tripartita» (Diario de Sesiones del Congreso de los
Diputados, Comisión Asuntos Exteriores, marzo de 1978, núm. 30, p. 31).
Este testimonio refleja las razones porque 40.000 saharauis huyeron al
desierto. No eran militantes del Polisario, sino víctimas de la ocupación
militar.
La afirmación de considerar al Frente
Polisario como entidad terrorista, involucra directa o indirectamente a
personas de buena voluntad que apoyan el legítimo derecho del pueblo saharaui a
la autodeterminación, acompañan a los Enviados por la RASD, con el objetivo de
hacer conocer el conflicto desde una perspectiva saharaui. El Frente Polisario
no forma parte de ningún listado de
organizaciones terroristas elaborado tanto por la Unión Europea, como Estados
Unidos. Fuentes de referencia sobre las entidades consideradas terroristas.
Este tipo de afirmaciones, en determinados ámbitos, rozan con la imprudencia y
falta de responsabilidad, dado que esto afecta también el buen nombre de las
personas bien intencionadas, que apoyamos el derecho del pueblo saharaui y el
cumplimiento irrestricto del derecho internacional.
Esta extensa nota, es consecuencia de
la realidad que vivimos quienes hemos hecho conocer el conflicto desde la
perspectiva saharaui. No solo desde el aspecto histórico, sino también
jurídico, como geopolítico y también militar. Muchas puertas han sido cerradas,
no por falta de interés – a fin de cuentas es un conflicto distante y ajeno a
nuestra realidad – sino por la permeabilidad a las presiones de la Embajada de
Marruecos, cuyo gobierno tiene una política de negacionismo. Aspecto que es
cuestión del citado Estado. Lo llamativo, es tolerar este tipo de
comportamiento, que termina en episodios de censura, que impiden ver el
conflicto desde otra perspectiva, que puede ser enriquecedora por muchos
aspectos. Hemos sido testigo de estos episodios lamentables.
La Argentina tiene o por los menos
tuvo, una larga tradición de defensa del
derecho de autodeterminación de los pueblos. Un ejemplo ha sido la postura
argentina en relación a los palestinos, siendo Israel un país muy cercano a
nuestro país (recordemos su postura en la guerra de 1982 y la tradicional
amistad argentino israelí). Ello no impidió que la Argentina se ajustara al
derecho internacional. Incluso la Argentina no ha reconocido la anexión de
Jerusalén por parte de Israel. Insistimos, dicho país tiene un vínculo muy
cercano a nuestro país e inclusive ha formalizado en estos últimos tiempos una
suerte de alianza estratégica. Este estrecho vínculo, no impidió que Argentina
respetuosa del derecho internacional, no solo apoyara el derecho del pueblo
palestino a tener su estado, sino que aceptó en su momento una situación de
hecho, en la cual la Autoridad Nacional Palestina, fue reconocida como Estado
palestino. ¿Entonces que razones tiene la Argentina, como determinados ámbitos
oficiales de negarse a apoyar/aceptar, lo que la Comunidad Internacional
reconoce en torno al Pueblo Saharaui? Otro ejemplo claro de la postura
argentina sobre el derecho de los pueblos a la autodeterminación, es el caso de
Namibia, donde Sudáfrica tuvo pretensiones anexionistas. Mientras que algunos
países no condenaron la anexión, por lazos comerciales y estratégicos con el
régimen de Pretoria, Argentina incluso en tiempos del régimen militar, se
abstuvo de reconocer dicha situación.
Las soluciones al conflicto pueden
generar interesantes debates académicos y aportar elementos que puedan ser
tomadas por los responsables de la Política Exterior. Lo que si debe quedar en claro,
es la defensa de la legalidad internacional, donde Naciones Unidas como el
Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea, han sido contundentes.
Lo salud a Ud con la mas alta
consideración.
Jorge Alejandro Suárez Saponaro
Abogado – Magíster en Defensa
Nacional (promoción 78)