Brahim Ghali felicita a su homólogo ecuatoriano por el 213 aniversario de la independencia de su país

  El Presidente de la República felicita a su homólogo ecuatoriano por el 213 aniversario de la independencia de su país SPS   Bir Lehlu (República Saharaui), 10 de agosto de 2022 (SPS) – El Presidente de la República y Secretario General del Frente POLISARIO, Sr. Brahim Ghali, felicitó este miércoles a su homólogo ecuatoriano, Guillermo Laso Mendoza, con motivo del 213 aniversario del primer grito de independencia de la República del Ecuador, que coincidió con el 10 de agosto de 1809. En la carta de felicitación a su homólogo ecuatoriano, el Presidente de la República expresó “sus más sinceras felicitaciones, en nombre del pueblo y del gobierno de la República Saharaui, al hermano gobierno y pueblo del Ecuador, con motivo del 213 aniversario de la independencia”. “Este hecho histórico llevado a cabo por el valiente pueblo ecuatoriano, permitió sembrar las semillas de la liberación y emancipación en América Latina, así como el cumplimiento del sueño de indep

Réplica de Jorge Alejandro Suárez Saponaro al Decano de la Facultad de Defensa Nacional en Argentina ante lobby marroqui









Buenos Aires, 23 de noviembre de 2018.

Ref.> Cuestión del Sahara occidental.

Sr. Decano de la Facultad de Defensa Nacional

De mi mayor consideración:
                                                El pasado 18 de octubre de 2018, concurrí a la Conferencia titulada “Diferendo del Sahara. La autonomía una solución realista a un conflicto artificial”.   Quién escribe estás líneas, fue alumno de la Escuela de Defensa Nacional, más precisamente de la Maestría, promoción 78 y autor del libro “Sahara Occidental El conflicto olvidado” publicado por la Editorial Universitaria del Ejército (EUDE).  Las razones que me impulsan a molestarlo por este medio, es que luego de una larga y profunda reflexión, consideré pertinente hacer algunas puntualizaciones sobre la citada conferencia, en la cual sin tapujos se ha defendido la tesis anexionista marroquí. El disertante cuenta con toda la libertad para expresar sus ideas, garantizadas por nuestro ordenamiento positivo, con la salvedad que ha hecho consideraciones, que distan de la realidad en torno al conflicto, especialmente en materia de derecho internacional. Agregándose otras, ya más graves, que afectan a quienes apoyamos la postura saharaui. Sobre el cual hablaré mas adelante.

La Argentina ha sido un país que tradicionalmente apoyó el derecho inalienable de los pueblos a la autodeterminación. En este caso, en su momento por medio de una nota del entonces Ministro de Relaciones Exteriores, Dr Dante Caputo, en 1988, asumió el compromiso de reconocer a la República Árabe Saharaui Democrática, hecho que quedó trunco por la crisis que aquejaba la presidencia del Dr Raúl Alfonsín. En esta algo extensa nota, le hago llegar algunos aspectos, que no pueden ser pasados en alto, más en un ámbito académico, a fin de que los alumnos/docentes/investigadores tengan herramientas para luego arribar a sus propias conclusiones.

Es conocido quienes sostienen o defienden la postura desde el punto de vista marroquí, negar la existencia de los saharauis como pueblo, sobre la base de varios argumentos, de difícil sustento histórico. Un ejemplo es la idea del Gran Marruecos, que según la historiografía marroquí, tanto el Sahara Occidental, Mauritania, parte de Malí y el oeste de Argelia eran parte de una suerte de “Marruecos histórico”. Estos argumentos fueron desarmados de manera contundente por el Dictamen de la Corte Internacional de Justicia de 1975 señaló claramente Los materiales e información presentados al Tribunal muestran la existencia, en el momento de la colonización española, de vínculos jurídicos de vasallaje entre el Sultán de Marruecos y algunas de las tribus que viven en el territorio del Sáhara Occidental. Igualmente, muestran la existencia de derechos, incluidos derechos sobre la tierra, que constituyen vínculos jurídicos entre la entidad mauritana, tal como la entiende el Tribunal, y el territorio del Sáhara Occidental. De otro lado, la conclusión del Tribunal es que los materiales e información presentados a él no establecen ningún vínculo de soberanía territorial entre el territorio del Sahara Occidental y el reino de Marruecos o la entidad mauritana. Por tanto, el Tribunal concluye que no ha encontrado vínculos jurídicos de tal naturaleza que puedan afectar a la aplicación de la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General a la descolonización del Sáhara Occidental y, en particular, al principio del autodeterminación a través de la libre y genuina expresión de la voluntad de los pueblos del territorio.  Esto pone en evidencia la “solidez” de los argumentos de Marruecos en relación al Sahara.

Antes de avanzar sobre el conflicto. Tocaré el tema de los saharauis como pueblo. Sus orígenes debemos remontarnos a los bereberes sanadja, que eran dominantes en la zona. En el siglo VIII comenzó la penetración árabe y con ello, el proceso de islamización que por cierto fue lenta. En el siglo XI llega a la zona un erudito, traído por un líder de una confederación bereber, este era  Ibn Abi—l—Hayyay (985—1039), impulsor del islam ortodoxo y malikí. La dictadura de ibn Yasin, líder de la citada confederación, terminó con su exilio  en un convento - fortaleza, o ribat. Donde posteriormente se formaría una fuerza de monjes – guerreros que conmocionarían al mundo medieval. Hacia el 1052, la expansión de los almorávides se extiende desde el Níger hasta las tierras saharauis. En el 1054, los almorávides se lanzaron contra el actual territorio de Marruecos, donde fundarían Marrakech – ciudad que dio el nombre luego al propio país – y se lanzarían contra el próspero reino de Ghana, para luego avanzar sobre el sur de España (1100). Los almorávides fueron derrotados por una confederación tribal bereber al sur de Marrakech, dando paso a los almohades, cuyo límite de expansión al sur, fue el río Draa, conocido en la antigüedad, como país o reino del Sous o Sus. Esto pone en evidencia que las tierras del Sahara Occidental, tienen una historia propia, incluso Yahya Ibn Abu Bakr al—Sahraui, antiguo comandante almorávide, quedó recluido en las tierras saharauis, siendo reconocido como Emir. Los saharauis lo reconocen como un antepasado ilustre y prueba de su existencia en la historia. Muchas veces en el marco de una pésima política de negacionismo, se pretende mostrar a los saharauis, como una suerte de invención, ya sea argelina como española.

El siglo XIII una facción de la tribu árabe Beni Maquil, más precisamente los Beni Hassan se mezclaron con la población local, los bereberes sanadja, mezcla que daría origen a los saharauis. El idioma árabe hassania, será uno de los elementos distintivos. En este largo proceso histórico, se conforma una peculiar organización, que va desde las tribus con sus peculiaridades, como organización social, asi como la aparición de instituciones como el Consejo de los Cuarenta, organismo que aglutinaba a los líderes tribales para tratar temas de interés común.

Existe un cúmulo de pruebas histórico jurídicas, que pone en evidencia la falta de argumentos sólidos de Marruecos sobre el territorio. En 1767, España y Marruecos celebran un tratado, donde claramente el sultán reconoció que los territorios al sur del río Draa, no eran parte de sus dominios En el 2º  (en referencia al tratado) ha rehusado S.M.I. enteramente el deliberar: dice que aquellos paises desde Santa Cruz (Agadir) al Sur no son suyos: que los habita una gente silvestre que jamás ha podido sujetar: que han acometido y destrozado cuantos allí han querido esta establecerse allí y que por tanto no puede empeñar su palabra o permiso para que nosotros lo logremos; que sin embargo deja al arbitrio del Rey el hacerlo, pero sin hacerse responsable de los sucesos. El almirante Jorge Juan, en una carta de esa época, sobre las negociaciones señaló “Su Majestad Imperial se abstiene de deliberar con el objeto del establecimiento que su Majestad Católica quiere organizar al sur de la ribera del río Nun, ya que no puede responsabilizarse con los accidentes y situaciones que puedan producirse, ni con los perjuicios sobre las gentes de Canarias, o que sean sometidos al cautiverio, porque su soberanía no se extiende sobre las poblaciones nómadas y feroces que habitan el país.  En 1799 en un nuevo tratado con Marruecos de paz y comercio, una de las partes de dicho texto decía “Si algún buque español naufragara en el río Nun y su costa, donde no ejerce dominio su Majestad marroquí, ofrece sin embargo, en prueba de cuánto aprecia la amistad de su Majestad Católica, valerse de los medios más oportunos y eficaces para sacar y libertar las tripulaciones y demás individuos que tengan la desgracia de caer en manos de aquellos naturales. En otras palabras, la frontera marroquí estaba claramente delimitada y el Sahara Occidental, en aquel momento, conocidos como Saguia el Hamra y el Río de Oro, estaban fuera de los dominios del Sultán.

Existen relatos de náufragos y prisioneros, todos ellos occidentales, que estuvieron en manos saharauis, y relataron historias sobre dicho pueblo, donde claramente surge que eran independientes de cualquier poder marroquí, como de los emiratos mauritanos.

La defensa que realizó Francia sobre Mauritania, cuando su ingreso fue obstaculizado por Marruecos – bajo el fútil argumento de haber sido parte del Gran Marruecos – para ingresar a las Naciones Unidas en 1960, empleó parte de los argumentos antes citados, resaltando que las tierras al sur del río Draa nunca formaron parte del Imperio Xerifiano o Sultanato de Marruecos.  Estos elementos fueron receptados por la Corte Internacional de Justicia en su histórico dictamen de 1975.

El dominio español en la zona respondió a la seguridad de la islas Canarias, en varios momentos históricos, Madrid  buscó asentarse en la zona, como fue el caso del Puerto de la Santa Cruz de la Mar Pequeña, luego Sidi Ifni, enclave cedido a perpetuidad tras la guerra de 1860 (en los tratados firmados por Maruecos reconocieron la hispanidad de Ceuta y Melilla, posesiones de larga data). En el proceso de ocupación del Sahara, limitado por problemas económicos y materiales, además de la resistencia local, incluyó los territorios al sur del Río Draa (Cabo Juby)  y los que hoy forman parte el Sahara Occidental. En su momento los franceses, sufrieron la resistencia del Chej Malainin, personaje que buscó apoyo en Marruecos, pero que luego cambió de opinión, cuando el sultán aceptó el protectorado europeo. Lo que motivó que sus fuerzas se tornaran en apoyo al Señor de Marrakech, que disputaba el trono.  La Corte Internacional, consideró que este personaje, jefe espiritual y político de varias tribus saharauis, buscó apoyo en Maruecos por mero oportunismo político, para luego volverse en contra, cuando no era funcional a sus objetivos políticos. Incluso invadió Marruecos y se hizo proclamar sultán, para luego ser derrotado por los franceses y exiliarse.

El despertar nacional saharaui es tardío, está estrechamente con la política colonial española en el área. Entre 1957-58 se desarrolló la Guerra de Ifni – Sahara, donde las llamadas “Bandas del Ejército de Liberación” formada por marroquíes, saharauis y mauritanos, con apoyo encubierto de Rabat hostigaron a españoles y franceses. Los franceses brindaron cierto apoyo a los españoles que les permitió llevar a cabo operaciones de desembarco en Sidi Ifni, asediados por irregulares marroquíes y en el Sahara se ejecutaron operaciones formadas por grupos móviles dotados de gran poder de fuego, que actuaron en la profundidad del territorio enemigo. En Ifni, las tropas asediadas fueron apoyadas por la primera operación aerotransportada ejecutada por las FFAA españolas con gran éxito. Junto a los franceses se llevó a cabo la Operación Teide. En un mes el territorio estaba pacificado. Los saharauis y mauritanos decepcionados por el uso político que quería darle Marruecos, abandonaron las filas del Ejército de Liberación y serian en el caso de los saharauis, germen del movimiento nacionalista.  Marruecos imbuido sobre las ideas Allal al Fassi sobre el Gran Marruecos reclamó para si, territorios vecinos. España como táctica de apaciguamiento cedió Cabo Juby, poblado por saharauis, que en 1972 protagonizaron una importante revuelta. En los días de la guerra de liberación (1975-1990) dicha población apoyó en gran medida al Polisario.

El reclamo sobre el Sahara, está sustentado ideológicamente por la idea del “Gran Marruecos” construcción que deriva de las ideas de Allal al Fassi, lider del partido nacionalista Istiqlal, sobre la tergiversación de la historia marroquí. EL Gran Marruecos reclama territorios en Argelia, el propio Sahara Occidental, Mauritania, Malí.  Es coincidente con el imperio almorávide, que como hemos visto, surgió en las entrañas del desierto, muy lejos de Marruecos Estas ideas del “gran Marruecos” o la “Gran Alemania” son construcciones con el objetivo de aglutinar la opinión publica en torno un ideal. Ejemplo práctico, fue la idea de la “gran Finlandia” que movilizó a la opinión pública, pero su puesta en práctica resultó un fracaso. Los finlandeses por razones operativas al recuperar territorio perdido en 1940 frente a la Unión Soviética, ocuparon tierras carelias. Los carelios étnicamente son similares a los fineses, pero tienen una historia diferenciada. Los intentos de asimilarlos culturalmente e integrarlos políticamente fueron contraproducentes. Por razones políticas y evitar males mayores, Helsinki abandonó la idea de anexión de Carelia Oriental y solo mantuvo presencia por razones militares. Esto pone en evidencia como una falsedad histórica puede acarrear a un verdadero desastre político. La idea del Gran Marruecos es consecuencia de una historia convulsionada, donde durante décadas el sultán perdió poder ante los jefes regionales. El llamado “Majzén” o autoridad nacional centrada en el Sultán (el término encierra una forma particular de gobierno, es más complejo) a mediados del siglo XIX era simbólica y ejercía el poder solo en algunas grandes ciudades. El resto estaba en manos de jefes casi feudales muchas veces en pugna entre sí y con el propio Sultán.  El Rif, donde se estableció el protectorado español, era de hecho independiente del Sultán. Su líder el legendario Abd el Krim en 1925 proclamó una república e incluso cuando España estaba por retirarse de la zona, Abd el Krim aspiró a retornar a dicha zona y mantenerla independiente del poder de Rabat.

Marruecos con una monarquía débil, donde los jefes locales negociaban muchas veces directamente con las potencias europeas, fue presa del colonialismo. En 1912 el establecimiento del protectorado, no fue más que una legalización de una situación de hecho que venía desde mediados del siglo XIX. En el exilio Al Fassi maduró esta idea de Gran Marruecos, como elemento de legitimara la sultán y hubiera un proyecto de país. A fines de los 50, la rebelión del Rif contra el centralismo de Rabat, ahogado con sangre, fue una clara señal que había que tomar medidas centralizadoras. Así Mohamed V de sultán se convirtió en rey. La idea del destino manifiesto legitimó a la monarquía, pero trajo aparejado un estado de conflicto con sus vecinos. Esto sería hábilmente empleado por Hassan II para descomprimir una situación interna siempre explosiva. Los años 60 la izquierda tuvo un importante avance, siendo figura representativa Ben Barka – asesinado en Francia por agentes marroquíes – abrió paso a los “años de plomo” del reinado de Hassan II. Marruecos llevó a cabo las ideas de Istiqlal, lo que le acarreó una guerra con Argelia, donde quedaron truncas las aspiraciones de anexar la zona de Tinduf. Luego vino el conflicto con Mauritania. Dijimos anteriormente que Francia en la defensa de su ex colonia utilizó como argumentos los tratados internacionales suscriptos por Marruecos y España, además de los tratados que establecieron el régimen de protectorado. La zona “francesa” estaba limitada por el río Draa, coincidentes con el “Maruecos histórico”.  Los constantes conflictos externos, permitió a la monarquía hacer frente a un sinnúmero de problemas domésticos, que fueron de alto nivel de conflicto social. El régimen de Hassan II se caracterizó por el autoritarismo, nepotismo y elevados niveles de corrupción. Los lazos con Francia se reforzaron con la salida de esta de Argelia. Marruecos fue de alguna manera la plataforma por la cual París regresaba o mantenía su influencia en África.  En 1971 hubo una intentona golpista que habilitó al siniestro general Ufkir como hombre fuerte del régimen, acentuándose la represión interna.

El descubrimiento de fosfatos en el Sahara Español, significó una seria competencia para Marruecos, entonces uno de los grandes productores mundiales. Por otro lado la llegada de colonos, el refuerzo militar español, fue sin ninguna duda algo que llevó a Rabat a tomar medidas destinadas a neutralizar a España. Franco no le agradaba Hassan II, y una reunión conocido como “Espíritu de Barajas” el rey marroquí, bajó los decibeles. El régimen franquista apoyó decididamente el desarrollo del Sahara, el estatus de provincialización, la creación de una asamblea territorial. La urbanización de los saharauis, cambió muchos hábitos y el sentir de unidad nacional se hizo patente con un claro rechazo al anexionismo marroquí.  Marruecos, tenía problemas con sus militares, estos fueron parte de la guerra del Yom Kippur, lucharon en el frente del Golán, donde fueron derrotados junto a los aliados sirios por las fuerzas israelíes. Dicho cuerpo expedicionario fue estacionado al sur del país, para evitar males mayores. La idea de anexar al Sahara, tenía como objetivo, proyectar poder e influencia a Mauritania, que podía caer bajo influencia argelina, tener un flanco para una defensa en caso de ataque argelino, controlar el fosfato y evitar cualquier experiencia progresistas y republicana en el Sahara y que afectara la estabilidad interna. El lobby marroquí se contactó con intereses económicos españoles, quienes se beneficiarían con la anexión. Especialmente en materia de pesca.

La desaparición de Bassiri, lider moderado nacionalista saharaui, llevó a que exiliados, como de activistas formaran el Frente Polisario, inspirado en muchos aspectos en el FLN argelino. Sus integrantes eran estudiantes universitarios, jefes tribales, empleados, operarios de obras públicas, cabos de la policía territorial y las agrupaciones nómadas (unidad del ejército español en la zona). Nacionalista, panárabe y progresista, critico de la sociedad tradicional, genera serias dudas sobre su tolerancia sobre la esclavitud, como a veces se deja entrever los partidarios pro marroquíes. Esta institución de esclavitud/servidumbre fue tolerado por los españoles, pero con el Frente las cosas cambiaron. En los días de la guerra de Liberación, los campos de refugiados fueron organizados como una verdadera sociedad socialista, donde el rol de la mujer fue relevante, a diferencia de otros países de la región. .

La habilidad diplomática de Hassan II, la guerra Fría, la geopolítica y una España débil políticamente por la enfermedad del Dictador – pero no desde el punto de vista militar que era muy superior – facilitaron las cosas para llevar a cabo la Marcha Verde. El dictamen de la Corte de Justicia de 1975, las resoluciones de Naciones Unidas desde 1965, daban por tierra cualquier problema de “integridad territorial”. Quienes debían decidir eran los saharauis. El reclamo mauritano, sobre el cual había lazos culturales (comparables Argentina y Uruguay, o de ciertas zonas del NE con Paraguay), llevó a Maruecos aliarse con Mauritania y repartirse el territorio. Mauritania, país con profundas divisiones sociales, entre los árabes/arabizados del norte frente a los negros del sur, incorporar a los saharauis, mejoraría la situación a favor de los árabes. Un conflicto externo aglutinaría a un estado con escasa cohesión interna (Mauritania es un invento francés de 1946). La Marcha Verde, organizada con apoyo saudita y de Estados Unidos, fue una maniobra de invasión. Previo a ello España denunció decenas de incidentes armados, rechazados enérgicamente por los duros legionarios.  La Operación Marabunta fue un plan español para dar respuesta a Marruecos. Nunca se llevó a cabo, la muerte de Franco y el triunfo de la tesis abandonista, llevó a Madrid abandonar su antigua Provincia del Sahara. El secretario general de la ONU, Waldheim hizo saber su malestar por la actitud española, contrario al derecho internacional, El titular del derecho de autodeterminación es el PUEBLO SAHARAUI, sobre ello existen resoluciones de Naciones Unidas, declaraciones del gobierno español, la Organización de la Unidad Africana, el Informe de la Misión Visitadora de Naciones Unidas de 1975, y el Dictamen de la Corte Internacional de Justicia de 1975.

Una guerra en el Sahara, la muerte de Franco y la posibilidad de un golpe “a la portuguesa” eran fantasmas que rodeaban en Madrid. Así, por medio de los Acuerdos de Madrid era cedida la Administración del territorio a Mauritania y Marruecos. La violencia de la ocupación, llevó a huir a 40.000 personas, siendo objetos de ataques aéreos. Acreditado por investigaciones y los propios españoles. España evacuó a los civiles, unos 20.000. En el medio del caos, fue proclamada la República Árabe Saharaui Democrática o RASD en el caserío de Bir Lehlú.

Es una pena que no se tocara la guerra de Liberación, donde los saharauis con apoyo material libio montaron una guerra asimétrica, combinado con acciones convencionales. Los antiguos soldados saharauis que sirvieron en las unidades españolas fueron un factor clave. Las tácticas aprendidas con los españoles, empleando vehículos tipo pick up o jeeps con armas como cañones sin retrocesos y ametralladoras pesadas se convirtieron en la punta de laza de unidades altamente móviles. En la República Saharaui, su estrategia nacional era debatida por el Congreso del Polisario, para luego ser implementado por el Politburó de dicho Frente, que a su vez se traducía en directivas estratégicas nacionales. Ante los dos oponentes, los saharauis tomaron medidas concretas, considerar la racionalización de objetivos, para que tuvieran simetría con los medios y recursos disponibles y priorizar las misiones asignadas, a fin de satisfacer las principales.  El Nivel Operacional recayó  en el Ministerio de Defensa de la RASD, la conducción táctica quedó en manos de las “regiones militares” dotadas de amplia autonomía operativa. Marruecos a pesar de los recursos abrumadoramente superiores y el apoyo logístico francés, por ejemplo no contaba con Estado Mayor Conjunto (ni cuenta hasta el dia de hoy). Esto tuvo su impacto en las operaciones conjuntas entre fuerzas aéreas y terrestres, a ello se agregó las interferencias del nivel estratégico con el táctico eran frecuentes. Desde el alto mando en Rabat era frecuente impartir directivas a unidades tácticas. En la guerra con Mauritania, fracasado el intento del golpe estratégico – donde muere el primer presidente de la RASD en combate, El Uali Mustafa Sayed –la conducción saharaui, apuesta a una guerra de desgaste concentrando el esfuerzo contra la base económica del país, la minería del hierro.

Los saharauis sabían que no podrían derrotar a sus enemigos, es por ello en los diversos congresos del Frente Polisario, el objetivo es desgastar al enemigo para obligarlo a sentarse a la mesa de negociaciones. No eran milicianos, como despectivamente se dijo en su oportunidad. Estamos hablando de ex cuadros – suboficiales – del ejército español y también soldados, que eran la columna vertebral del ELPS, Ejército de Liberación Popular Saharaui, engrosados por reclutas de los campos de refugiados. El célebre escritor español Pérez Reverte estuvo en sus operaciones y es muy elocuente sobre la eficacia de las tácticas, donde la movilidad, potencia de fuego, sorpresa e inteligencia táctica son combinaciones letales, para atacar la red de guarniciones marroquíes dispersas en el Sahara. Mauritania tuvo que recurrir no solo al apoyo marroquí, algo que exacerbó la opinión nacionalista de los militares mauritanos, sino de Francia, en tareas de planeamiento y conducción de operaciones.

La estrategia saharaui de desgaste tuvo el efecto deseado. Mauritania terminó con el 60% del presupuesto destinado a la guerra y un ejército de 18.000 soldados, ávido de reclutas. El país estaba al borde del colapso y finalmente un golpe de Estado, terminó con el régimen de Uld Daddah y comenzaron las negociaciones de paz. En 1984 Nuakchot reconoció a la RASD. La misma “medicina” fue aplicada a Marruecos, incapaz de dar respuesta a la guerra móvil planteada por los saharauis. En los 80, estos con apoyo argelino – Libia se retiró luego de una serie de desinteligencias dada la personalidad del dictador Gadafi – los saharauis pudieron organizar fuerzas de tareas mecanizadas, con cobertura antiaérea de baja cota. Los marroquíes contaban con fuerza aérea, armamento moderno, potentes fuerzas mecanizadas, pero dado que Rabat no tenía comando conjunto, la cooperación aire tierra era complicada. La ayuda de Estados Unidos, Francia e Israel mejoró esto al final de la guerra en 1991. La imposibilidad de terminar con los golpes de mano, llevó a la construcción de muros defensivos. Costoso en dinero y vidas humanas, dado que muchos perdieron la vida en su construcción, dado que eran objeto de ataques sorpresivos, incluso de unidades mecanizadas con apoyo de tanques T55/62. El soldado marroquí, generalmente recluta de las montañas y ciudades, tenía serios problemas de adaptación al duro desierto. Los saharauis, gentes del desierto, se adaptaban perfectamente, a ello se agregaba su sistema de comando y control, flexible, frente a un enemigo que tenía un sistema rígido.  Los muros, son símbolo de un fracaso militar, dado que ante la falta de una estrategia clara, nunca Rabat pudo dar un golpe decisivo. La guerra era muy costosa en vidas y dinero, llevó al país a movilizar como fuerza de ocupación más de 100.000 efectivos para contener a unos 8.000/10.000 combatientes saharauis. La guerra insumió casi la mitad del presupuesto marroquí. Sugiero la lectura de la obra del general argentino Giovanelli, viejo libro de los 50, pero muy interesante sobre campañas en el desierto, donde explica claramente la importancia de la movilidad, accionar conjunto y mando y control flexible.

En 1991 las partes estaban desgastadas, la Guerra Fría llegó a su fin, y los vientos de cambio llevaron a negociar. Marruecos reconoció al Frente Polisario como actor en el conflicto. El plan de Arreglo entró en vigor. Esto es interesante para el debate, sobre guerra asimétrica y como un actor aparentemente más débil, con una estrategia definida y objetivos claros puede alcanzarlos. El plan de paz, ha sido hábilmente empleado por Rabat para prolongar la ocupación, que nadie reconoce, ni su propio aliado francés y continuar con el expolio de los recursos, fosfatos y pesca. Genera importantes ganancias que no ayudaron a convertir a Marruecos en un país desarrollado. La alianza con Francia ha permitido garantizar el veto del Consejo de Seguridad para que la MINURSO tenga facultad de monitoreo de Derechos Humanos. ¿Por qué se niegan? Una pista la encontramos en la Instancia de Equidad y Reconciliación, una suerte de comisión de verdad sobre los años oscuros de Hassan II, donde se reconoció las violaciones a los DDHH, tanto en Marruecos como en el Sahara ocupado. Forma parte de una política de negacionismo, donde la potencia ocupante ha sido cuestionada constantemente por los derechos humanos, especialmente hacia organizaciones nacionalistas, defensoras de los derechos humanos, asociaciones laborales. El campamento de Gdeim IZik, de 20.000 manifestantes, es prueba del descontento social existente. Otro tema pendiente son el centenar de prisioneros saharauis que nunca regresaron de las manos de Marruecos y dicho país se niega dar explicaciones de ello.

El plan de paz de 1991 fue incumplido por el gobierno de Rabat. Sugiero leer también los informes de Naciones Unidas durante la gestión de Ban Ki moon, cuando solicitaba tener en cuenta la temática de derechos humanos y un régimen de monitoreo. Asimismo es elocuente las denuncias del número dos de la MINURSO en su momento, Frank Ruddy, político de origen republicano y por ende, no muy amigo del Polisario, que denunció las maniobras de Rabat para impedir el referéndum. Las listas están elaboradas y esperan en una caja especial en Suiza, para ser empleados en la votación.  Muchos hablan que los saharauis son nómadas y es imposible identificarlos. Naciones Unidas los identificó y en la llamada zona liberada, viven 15.000 personas de manera permanente, además de los exiliados en Tinduf.

Las Naciones Unidas en resoluciones condenó la invasión del Sahara (res 34/37  de 1979) donde el Frente Polisario es reconocido como representante legítimo del pueblo saharaui. Esto es un movimiento de liberación nacional. Parte del texto dice Deplora profundamente la agravación de la situación, como consecuencia de la persistente ocupación del Sahara Occidental por Marruecos y de la ampliación de esta ocupación al territorio recientemente evacuado por Mauritania» y «pide encarecidamente a Marruecos que participe también en la dinámica de paz y ponga  fin a la ocupación del Territorio del Sahara Occidental.  Marruecos no solo violó los Acuerdos de Madrid, contrarios a derecho, sino también el tratado de límites de 1976 con Mauritania, al ocupar y anexar ilegalmente un territorio, que había reconocido como mauritano. El marco jurídico sobre la ilegalidad de la ocupación es contundente. El dictamen del Asesor Jurídico de Hans Correll en 2002, sobre la legalidad de la explotación de los recursos naturales en la zona ocupada por Marruecos deja en claro que las actividades llevadas por la potencia ocupante, son abiertamente contrarias a derecho. Un fallo histórico, en este 2018, del Tribunal Superior de Justicia Europeo sobre el Acuerdo UE – Marruecos sobre Pesca, ratifica una vez más la ilegalidad de la ocupación. Rabat pretendía incorporar las aguas saharauis, como propias. El fallo decretó que Sahara Occidental es un territorio distinto de Marruecos, sobre el cual la soberanía en dicho territorio no es reconocida por el Derecho Internacional. Por lo tanto las aguas saharauis quedan fuera del acuerdo. La sentencia de este año, es coincidente con otro fallo similar del 21 de abril de 2016. La justicia sudafricana falló también en contra de Marruecos, en el marco de una disputa por la titularidad de los fosfatos que llevaba un buque. Dicho mineral provenía de las minas de Bu Craa, en la zona ocupada. Cabe destacar que Sudáfrica como la totalidad de los Estados africanos con la excepción de Marruecos, reconoce la estatalidad de la Republica Saharaui.

Ahora, terminando con esta extensa nota, tocaremos el tema del Polisario. Esta organización, es un movimiento de liberación nacional. Tiene su trayectoria histórica, como consecuencia de la desaparición de Bassiri en 1970, lo que radicalizó el movimiento nacionalista saharaui. Tanto las resoluciones de Naciones Unidas como el Derecho de Ginebra, especialmente los protocolos de 1977, definen lo que es movimiento de liberación nacional. .La resolución 34/37 de Naciones Unidas, reconoció el estatuto de beligerante formalmente al Frente Polisario. Algo que dista mucho de ser una ONG terrorista. La doctrina internacional nos dice que las guerras de liberación nacional, son conflictos internacionales  En un extenso informe realizado por las Cortes Generales de España, donde altos funcionarios del antiguo Sahara Español fueron interpelados, queda en claro que la agresión fue marroquí. Incluso Madrid denunció estos hechos en las Naciones Unidas. Es interesante el testimonio del general Rodríguez de Viguri, último secretario general de la Gobernación del Sahara Español, donde denuncia actividades terroristas, minado en la frontera, infiltración de patrullas, rechazadas por las tropas espaolas.. El general Gómez de Salazar, último gobernador ante el Congreso de Diputados expresó sobre el comportamiento de los ocupantes marroquíes hacia los saharauis. Sí tuve conocimiento de las torturas, robos y allanamientos de morada que el Ejército marroquí realizó durante la administración tripartita» (Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados, Comisión Asuntos Exteriores, marzo de 1978, núm. 30, p. 31). Este testimonio refleja las razones porque 40.000 saharauis huyeron al desierto. No eran militantes del Polisario, sino víctimas de la ocupación militar.

La afirmación de considerar al Frente Polisario como entidad terrorista, involucra directa o indirectamente a personas de buena voluntad que apoyan el legítimo derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación, acompañan a los Enviados por la RASD, con el objetivo de hacer conocer el conflicto desde una perspectiva saharaui. El Frente Polisario no forma parte de  ningún listado de organizaciones terroristas elaborado tanto por la Unión Europea, como Estados Unidos. Fuentes de referencia sobre las entidades consideradas terroristas. Este tipo de afirmaciones, en determinados ámbitos, rozan con la imprudencia y falta de responsabilidad, dado que esto afecta también el buen nombre de las personas bien intencionadas, que apoyamos el derecho del pueblo saharaui y el cumplimiento irrestricto del derecho internacional.

Esta extensa nota, es consecuencia de la realidad que vivimos quienes hemos hecho conocer el conflicto desde la perspectiva saharaui. No solo desde el aspecto histórico, sino también jurídico, como geopolítico y también militar. Muchas puertas han sido cerradas, no por falta de interés – a fin de cuentas es un conflicto distante y ajeno a nuestra realidad – sino por la permeabilidad a las presiones de la Embajada de Marruecos, cuyo gobierno tiene una política de negacionismo. Aspecto que es cuestión del citado Estado. Lo llamativo, es tolerar este tipo de comportamiento, que termina en episodios de censura, que impiden ver el conflicto desde otra perspectiva, que puede ser enriquecedora por muchos aspectos. Hemos sido testigo de estos episodios lamentables.

La Argentina tiene o por los menos tuvo, una larga tradición  de defensa del derecho de autodeterminación de los pueblos. Un ejemplo ha sido la postura argentina en relación a los palestinos, siendo Israel un país muy cercano a nuestro país (recordemos su postura en la guerra de 1982 y la tradicional amistad argentino israelí). Ello no impidió que la Argentina se ajustara al derecho internacional. Incluso la Argentina no ha reconocido la anexión de Jerusalén por parte de Israel. Insistimos, dicho país tiene un vínculo muy cercano a nuestro país e inclusive ha formalizado en estos últimos tiempos una suerte de alianza estratégica. Este estrecho vínculo, no impidió que Argentina respetuosa del derecho internacional, no solo apoyara el derecho del pueblo palestino a tener su estado, sino que aceptó en su momento una situación de hecho, en la cual la Autoridad Nacional Palestina, fue reconocida como Estado palestino. ¿Entonces que razones tiene la Argentina, como determinados ámbitos oficiales de negarse a apoyar/aceptar, lo que la Comunidad Internacional reconoce en torno al Pueblo Saharaui? Otro ejemplo claro de la postura argentina sobre el derecho de los pueblos a la autodeterminación, es el caso de Namibia, donde Sudáfrica tuvo pretensiones anexionistas. Mientras que algunos países no condenaron la anexión, por lazos comerciales y estratégicos con el régimen de Pretoria, Argentina incluso en tiempos del régimen militar, se abstuvo de reconocer dicha situación.

Las soluciones al conflicto pueden generar interesantes debates académicos y aportar elementos que puedan ser tomadas por los responsables de la Política Exterior. Lo que si debe quedar en claro, es la defensa de la legalidad internacional, donde Naciones Unidas como el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea, han sido contundentes.

Lo salud a Ud con la mas alta consideración.

Jorge Alejandro Suárez Saponaro
Abogado – Magíster en Defensa Nacional (promoción 78)