- Cientos de corredores viajan a Tindouf a participar en el Sahara Marathon 2017
- Los participantes conviven con las familias refugiadas saharauis

Juantxo y un grupo de amigos vascos han hecho una colecta entre sus amigos y han conseguido 5.000 euros que van a destinar a guarderías y escuelas. Vicente, el ganador del año pasado, vuelve y lo hace con una gran recaudación para las bibliotecas móviles del Sahara "Bubisher". Daniel, belga, es el más veterano, tiene 82 años y acude todos los años a correr en el desierto. Busaraia es un corredor saharaui que vive en España y viaja invitado por la organización para poder correr con su gente. Yael viene de California y cada año se inventa un proyecto nuevo para divertir a los niños saharauis. Esta es la historia del Sahara Marathon, la suma de cientos de historias personales de corredores de todo el mundo que se juntan en los campamentos de refugiados de Tindouf para correr un maratón por el desierto en apoyo al pueblo saharaui.
Varios vuelos llegan estos días al sudoeste argelino repletos de ilusión y solidaridad. Ilusión por tomar parte en una iniciativa única en el mundo, en una experiencia inolvidable conviviendo en las jaimas de las familias exiliadas y participando en una carrera por la inhóspita hamada argelina. Solidaridad porque los aviones llegan cargados de medicamentos, material deportivo y muchos miles de euros recaudados para desarrollar proyectos de ayuda humanitaria en los campamentos.
Más de veinte nacionalidades
Entre los participantes hay corredores solidarios que llegan desde China, Canadá, Estados Unidos, Noruega, Suecia, Polonia o Colombia, pero son los españoles clara mayoría debido a ese vínculo, casi deuda, que la sociedad de nuestro país siente que tiene con la población saharaui tan injustamente tratada por la historia y la comunidad internacional. La competición en sí cuenta este año con varios de los corredores que ya saben lo que es ganar en Smara, como el madrileño Vicente Grande Duque o el vasco Jon Salvador o el madrileño Manuel Morente, pero tendrán que vérselas con un apellido de renombre, el italiano Giorgio Calcaterra y toda la representación argelina y saharaui. Precisamente entre estos últimos volverá a tomar la salida Amaidan Salah, el chaval que renegó de su pasaporte marroquí y enarboló la bandera saharaui en una carrera en Francia, es ahora el héroe nacional saharaui. En la categoría femenina la vasca Begoña Beristain y la uruguaya Silvia Grisel figuran entre las favoritas.
De cualquier modo, el resultado deportivo de esta carrera es lo de menos, ya que el objetivo de todos los corredores que toman la salida en el campamento de El Aaiun es cruzar la meta de Smara para mostrar simbólicamente con su esfuerzo el apoyo a las familias saharauis. El objetivo real es que Tang vuelva a China impresionado con la experiencia y lo comparta con sus amigos, que Zoha regrese a Nueva York consciente de lo que ha vivido y que Ana Isabel siga volviendo año tras año a su cita con el desierto en la semana más mágica que una experiencia deportiva puede darte. Cuando a través del deporte se consiguen gestos humanos que dan sentido a la existencia, cuando las zancadas se convierten en solidaridad.
SAHARA MARATHON 2017
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