Brahim Ghali felicita a su homólogo ecuatoriano por el 213 aniversario de la independencia de su país

  El Presidente de la República felicita a su homólogo ecuatoriano por el 213 aniversario de la independencia de su país SPS   Bir Lehlu (República Saharaui), 10 de agosto de 2022 (SPS) – El Presidente de la República y Secretario General del Frente POLISARIO, Sr. Brahim Ghali, felicitó este miércoles a su homólogo ecuatoriano, Guillermo Laso Mendoza, con motivo del 213 aniversario del primer grito de independencia de la República del Ecuador, que coincidió con el 10 de agosto de 1809. En la carta de felicitación a su homólogo ecuatoriano, el Presidente de la República expresó “sus más sinceras felicitaciones, en nombre del pueblo y del gobierno de la República Saharaui, al hermano gobierno y pueblo del Ecuador, con motivo del 213 aniversario de la independencia”. “Este hecho histórico llevado a cabo por el valiente pueblo ecuatoriano, permitió sembrar las semillas de la liberación y emancipación en América Latina, así como el cumplimiento del sueño de indep

La cuestión saharaui llegó al fin del mundo


viernes, 7 de junio de 2013

Por Luz Marina Mateo, para VSOA

Ushuaia (Argentina), 06-06-13 (VSOA).- Los días 3 y 4 de junio de 2013, se llevó a cabo el seminario “Transformaciones del orden internacional. Oportunidades y desafíos: su evaluación desde la Argentina y desde la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur”, en el Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET) de la ciudad de Ushuaia, organizado conjuntamente entre el CADIC y el Consejo Federal de Estudios Internacionales (COFEI).
El mismo contó con la participación de los prestigiosos profesores Norberto Consani* y Javier Surasky**. Este último habló sobre Cooperación Internacional y Medioambiente, introduciendo en su ponencia la cuestión de los recursos naturales del Sahara Occidental.(...) sigue...



Cabe destacar que Ushuaia, sede del encuentro, es la ciudad más austral del mundo (al sur se halla la Antártida), capital de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas  del Atlántico Sur.
Aquí les presentamos un tramo de la ponencia del Prof. Surasky:
La relación de superioridad que el hombre ha establecido con la naturaleza, es lo que va a permitir primero el colonialismo, luego el neocolonialismo. La justificación científica de la política colonial está directamente asociada por un lado, a que el hombre se creía superior a otros animales y, entre esos animales, se ubicaban los negros y negras, que estaban a medio camino; o, en nuestras sociedades, se identificaba en ese espacio a los pueblos originarios, sobre los que hubo que salir a discutir si eran personas o no.
Estas relaciones, además, van a producir algo que para mí es trascendental para entender la problemática ambiental, la cual no es provocada por mala gente que se levanta de mal humor a talar árboles o de alguien que se pelea con su pareja y sale a contaminar el mundo como venganza.
La problemática ambiental no empieza en el ambiente sino mucho antes. Fundamentalmente, está asociada a las prácticas de producción y consumo con las que nos movemos en el mundo de hoy. Si se lo “sobreconsume” al ambiente y se lo agrede como está sucediendo, es porque ese ambiente está en condiciones de producir riquezas. ¿Y por qué se ve así? Porque se considera que la naturaleza está ahí con un único fin: ser sometida y dominada. Esto significa que el hombre está para controlar las fuerzas de la naturaleza y ella está para darle recursos al hombre. Recursos que se transforman en monetarios, no en recursos para vivir. Para los fisiócratas, es la fuente originaria de las riquezas.
Y hoy, que nos alejamos de los fisiócratas, conocemos bien cuál es la problemática de las materias primas y de salir a invadir países por petróleo u otros recursos naturales. Lo cierto es que hay una ruptura entre el ser humano y la naturaleza, una dualidad ajenizante: la naturaleza está de un lado y el ser humano está del otro, no es parte de ella. Me pregunto, sinceramente, qué somos, entonces. Parece que somos otra cosa y vinimos al mundo para aprovecharnos de “eso” que es la naturaleza y que ha sido puesto a nuestro servicio.
Junto con la dualidad ajenizante, hay que destacar la existencia de una diferencia ajenizante, la cual se expresa de muy distintas maneras pero siempre tiene que ver con la forma en que me acerco ya no a la naturaleza sino al “otro”. ¿Quién es el otro? ¿Cuál es el lugar del otro? Ahí talla fuerte la cooperación internacional. En la cooperación internacional tradicional, fíjense que se hablaba de “donantes” y “receptores”: donde el primero da y el segundo se limita a recibir en una relación de actividad y pasividad. En esta relación, el “otro” es un otro de fracaso. En la perspectiva de los países ricos, el “uno” es el exitoso porque es rico y el “otro” es la expresión de fracaso porque es pobre.
Esa diferencia inicial, desvaloriza y separa. A punto tal ha sido trabajado esto, que otra vez aparece de por medio la cuestión colonial y neocolonial pero con el diferente ya no siendo solamente otro: ahora es “otro” y “peligroso”. Lejos de ser una fiesta y una posibilidad de encuentro, la diferencia se ha convertido en una fuente de peligro, en una amenaza para el modo de vida del que la establece en estos términos y, por lo tanto, cree que su principal deber es destruirla antes de que lo destruya. Esta es una clave en la que muchos leen las relaciones internacionales.
De este modo, se cruzan las dos variables. La variable de cómo vemos la naturaleza y nos relacionamos con ella, con la de quién creemos que es el otro. En conclusión, si sumamos la dualidad ajenizante -que nos separa de la naturaleza y nos pone en un lugar diferente- a la diferencia ajenizante -que presenta al diferente como un riesgo-, la resultante lógica tiene que ser el colonialismo (llamémoslo tradicional o “neo”, para el caso da exactamente igual) y el saqueo de recursos naturales.
La lógica es: “Si el ‘otro’ no importa porque es diferente (es, además, resultado de un fracaso y ocupa un lugar donde hay recursos naturales que tienen que ver con mi necesidad y casi con mi obligación de dominar la tierra y aprovechar lo que ella me da), casi por derivación lógica tengo que terminar, necesariamente, en el saqueo de sus recursos. Desconozco a los pueblos, la pertenencia, todas las resoluciones que hablan de la soberanía de los pueblos sobre sus recursos naturales. Simplemente voy y los tomo”.
Esto no es una cuestión abstracta: esto es el petróleo de nuestras Islas Malvinas. Esto es el fosfato de la República Árabe Saharaui Democrática en África, el último caso colonial del continente. Esto nos está pasando de manera cotidiana.

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