lunes, 10 de junio de 2013
Ciro Pérez Silva
Foto María Meléndrez Parada
A pesar de que la República Árabe
Saharaui Democrática (RASD) cuenta con mil kilómetros de costas, hay
generaciones completas de sus habitantes que no han conocido el mar y otros más
nunca han visto una ciudad. Esa es una de las consecuencias de vivir por más de
40 años en campamentos, rodeados por muros, centenares de miles de minas
antipersonales y la presencia permanente del ejército marroquí, cuyo gobierno
niega la independencia de la RASD, a pesar de un centenar de resoluciones de la
ONU, la Comunidad Europea y los países de África.
Jira Bulahi Bad, ministra de
Formación Profesional y Función Pública de la RASD, señala en entrevista con La
Jornada que a esta situación debe sumarse la represión del gobierno de
Marruecos hacia cualquier manifestación pacífica de (...) sigue
aquellos que, en los
territorios ocupados por ese país, demandan un plebiscito que devolvería a la
RASD el pleno dominio de los 266 mil kilómetros cuadrados –casi la mitad de
Francia–, a la administración saharaui.
La RASD es el único país árabe de
habla hispana, producto de años de colonización española que se iniciaron en
1884. Desde entonces, ha existido una lucha permanente por la independencia
saharaui, que ha enfrentado a España, Mauritania y Marruecos, país este último
que se niega a reconocer acuerdos internacionales y bilaterales para liberar
los territorios ocupados.
Marruecos invadió el Sahara
Occidental, territorio de la RASD, el 31 de octubre de 1975, en pleno proceso
de descolonización y autodeterminación. Desde que intervino en el territorio la
ONU (Minurso, 1991), agrega la ministra saharaui, se ha optado por la solución
pacífica de esta invasión que impide el pleno goce de derechos del pueblo de la
RASD sobre su territorio y bienes, como la minería y la explotación marítima,
que controla el gobierno marroquí a costa de la permanente violación de los
derechos humanos, que ha llegado a extremos inimaginables por la población
mundial.
No obstante, confía en que al
haber intervenido Estados Unidos por primera vez, manifestándose en 2013 a
favor de la autodeterminación de la RASD, como ha ordenado la ONU, y de la
realización de un plebiscito que termine con la presencia marroquí, en un
futuro cercano se recuperen los territorios ocupados injustamente.
Confió también en que la presencia
de organizaciones como Amnistía Internacional o Human Rights Watch contribuya a
llamar la atención del mundo sobre la violencia que Marruecos ejerce
cotidianamente sobre la población saharaui.
Creemos que la participación de la
comunidad de naciones es fundamental para ello, añade la ministra, que en su
visita a México se ha reunido con funcionarios del gobierno de Enrique Peña
Nieto y con legisladores, quienes le reiteraron el apoyo del país en la lucha
por la liberación del pueblo saharaui.
El referéndum de autodeterminación
fue aprobado por la ONU en 1991, pero ha ido aplazándose y actualmente se
encuentra bloqueado debido a la falta de voluntad de Marruecos, que se opone a
la resolución para seguir manteniendo el control ilegal de regiones ricas en
minerales e hidrocarburos, además de explotar las costas saharauis. México,
apunta, es uno de los 80 países que reconocen a la RASD, y siempre ha expresado
su apoyo por la causa saharaui.
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