SOCIEDAD SAHARAUI
La sociedad saharaui, como la mayoría de sociedades tradicionales del
Sahara, era una sociedad claramente jerarquizada. Toda persona formaba
parte de una tribu. Cada tribu mantenía relaciones de dominación o
sometimiento respecto a otras tribus.
Las diferentes tribus que habitaban en el Sahara occidental pueden agruparse en tres grandes grupos:
El grupo de los guerreros, las llamadas hasanias, que eran las que tenían el poder militar.
– El grupo con cierto prestigio religioso, las llamadas zuaia.
– El grupo de las que se dedicaban a la cría de ganado y que tenían que pagar tributo a las otras tribus.
Había además tre grupos de población que se dedicaban a otras actividades:
– Los artesanos, que solían ofrecer sus servicios a cambio de alimentos y protección.
– Los músicos, que se desplazaban para celebrar festejos y cantar para los jefes.
– Los esclavos, que eran utilizados por las otras tribus como pastores para realizar los trabajos domésticos más duros.
Con la colonización española primero, y con la revolución y la
creación de la RASD después, todas estas estructuras sociales
tradicionales se han ido transformando hasta llegar a la actual forma de
organización social moderna, capaz de hacer frente a los retos del
presente.
En la actualidad, todos los habitantes del Sáhara Occidental, sea
cual sea su origen y posición social, gozan de una misma condición y
todos son ciudadanos saharauis. Esta es la única posibilidad para
superar antiguas divergencias y rivalidades y para alcanzar el proyecto
común de la supervivencia del Pueblo Saharaui.
La vida familiar
La familia saharaui tradicional estaba formada por un hombre, una
mujer y sus hijos, los cuales vivían conjuntamente en una jaima.
Las jaimas raramente se encontraban aisladas. Junto a ellas se
encontraban las de otros familiares y vecinos, formando campamentos que
oscilaban entre las tres y las quince jaimas. En tiempos de guerra los
campamentos podían llegar hasta las 250 jaimas.
Junto a las familias que integraban un Frig solía haber también
algunos sirvientes, artesanos, un maestro y ocasionalmente algún músico
ofrecía sus servicios por un tiempo.
Los hombres se ocupaban de los rebaños y de la defensa del
campamento, la mujer era la encargada del transporte del agua, de la
recogida de la leña, del pastoreo del ganado menor y del ordeño de las
camellas y todo ello además de los trabajos familiares de tejer, reparar
la jaima, y la preparación de los alimentos.
Matrimonio
El matrimonio saharaui empieza con el rito de la dote, llamada
“d´fuâ”, cuya ceremonia se inicia en el domicilio de la familia del
pretendiente, en un gran cortejo al que suelen asistir la familia del
novio, sus parientes y amigos más cercanos. El importe de la dote puede
variar y estar sujeto a la situación social y financiera del
pretendiente, y suele constar de varias reses de ganado, de varios
cortes de tela para confeccionar la “mlehfa”, la prenda tradicional de
la mujer saharaui., así como de varios perfumes, elaborados localmente y
llamados “Ljmira” , de incienso y, de varios kilos de té y azúcar, amén
de las joyas, de la ropa para la novia y de algunos muebles y enseres.
La dote en la provincias saharauis suele tener una atención muy
especial, hasta el extremo de que muchos se extralimitan y exageran en
la misma, ya que connota una serie de valores tribales relacionados con
la caballerosidad, la generosidad y el empeño del pretendiente por
mostrar su amor a la futura esposa y su consideración a la familia y
tribu de la misma, a más de otras consideraciones inherentes al lugar
que ocupa la mujer en la sociedad saharaui.
El día de la boda, y en previsión de la llegada del cortejo nupcial
del novio, la familia de la novia suele levantar una gran tienda de
campaña, llamada “Jaimat ar-rag”, donde recibe al cortejo el cual ofrece
la dote “dufuú” y se celebran los banquetes y se tocan los tambores y
panderos en una gran fiesta.
En la noche de la boda, una mujer, llamada en las provincias
saharauis la “m´alma”, se encarga de trenzar y teñir a la novia con
alheña y con los más prestigiosos perfumes locales. La recompensa de la
“m´alma corre a cargo del pretendiente, quien procura ser muy generoso
en la misma, ya que tal recompensa será objeto de las discusiones de
ambas tribus, particularmente entre las mujeres.
Los festejos de boda en las provincias saharauis se mantienen
ininterrumpidamente a lo largo de tres días. La segunda noche sirve
para ocultar a la novia por parte de las amigas de la misma, en una
ceremonia llamada “teruagh” y cuyo objetivo consiste en conferir cierto
aire de esparcimiento y suspense a la boda, ya que las amigas de la
novia desafían al novio para encontrar a su esposa, por lo que éste debe
esforzarse sobremanera para encontrar a su consorte, como muestra de su
amor y consideración a la misma.
A la novia se la suele ocultar en una tienda de campaña de la tribu
vecina, donde recibe una atención especial y se le regalan los más
variados obsequios y perfumes, ya que la tribu escogida para acoger a la
novia, se siente honrada por haber sido escogida. Mientras, el novio se
esfuerza en encontrar a su esposa, acudiendo a la ayuda de sus amigos
más cercanos a los que utiliza para espiar, buscar noticias sobre la
esposa, y hacer conjeturas sobre su posible escondite.
Y sólo en la tercera noche, se entrega la esposa a su consorte en un
alegre cortejo, en medio de los gritos de júbilo, mientras redoblan los
tambores y suenan las canciones de boda en idioma “hassaní” y poemas
que destacan las virtudes de ambas tribus y que ensalzan las nociones de
generosidad y coraje. Entre las costumbres de los saharauis, la
primera noche de matrimonio suele tener lugar en el domicilio de la
familia de la esposa, la cual sólo puede abandonar la casa paterna
cuando haya dado a luz a su primer hijo.
La última noche de boda suele denominarse entre los saharauis
“Aheshlaf”, es decir la culminación; otros la denominan como la noche de
las abuelas o “al-ŷaddát”, ya que ambos esposos pasan la noche en el
mismo lugar.
A continuación, todo el mundo acude a casa del esposo, donde puede
contemplar a la esposa llevada en un grueso paño, mientras que ella se
resiste simbólicamente. En la misma noche, se obsequia a la esposa un
regalo, llamado “amrouk”. A continuación, la madre de la esposa envía a
la familia del esposo un regalo, denominado “al-fashja”, constituido por
la mitad de las arras que el marido había entregado como dote “dufu´u”,
con algunos regalos suplementarios. Más tarde, ambos consortes proceden
a reflexionar juntos sobre la incorporación de la consorte al
domicilio conyugal, cosa que precisa de específicos preparativos que, a
lo mejor, pueden durar mucho tiempo.
La infancia
Durante los primeros años de vida las mujeres son las encargadas del cuidado y formación de los niños.
Desde que son pequeños los niños reciben una formación moral y
religiosa a través de las primeras canciones que les cantan los mayores.
También se les enseña mediante los juegos, los proverbios y las
adivinanzas en las que se entremezcla lo religioso y lo mágico, las
recitaciones de la vida del profeta y los hechos de sus antepasados
A partir de los siete años se produce un cambio importante en la vida
de los niños y niñas. La de los niños pasa a cargo del padre y se
transforma en una educación más severa. A partir de esa edad, al niño se
le practica la circuncisión y empieza a asistir a la escuela coránica.
El resto de su tiempo se reparte entre los juegos y el aprendizaje de su
futuro papel como adulto. La educación de las niñas se realiza junto al
resto de mujeres con las que aprende a comportarse y también con ellas
aprende todas las habilidades que se esperan de una mujer.
Idioma
La primera lengua del
pueblo saharaui es el hasanía, una variante del árabe, aunque tiene
el español como segunda lengua. Los saharauis son el único pueblo de África que tiene como lengua reconocida el español.
La religión
La religión ha sido siempre un elemento fundamental para la sociedad
saharaui. Como en el resto de países del Magreb, en el Sáhara conviven
dos formas de ver y de practicar el Islam. Por una parte están los
saberes ortodoxos de los que deriva la teología y el derecho islámico.
Por otra parte están las creencias populares, los místicos y las
cofradías.
Durante el colonialismo, las Cofradías jugaron un papel muy
importante en todo el mundo islámico musulmán por su capacidad de
movilización a favor de la independencia. En el Sáhara existen varios
ejemplos de ello. Uno es el del cheikh Ma el Ainin, que durante algunos
años contó con el apoyo de las tribus del Sáhara, cada vez más en contra
de la presencia de fuerzas extranjeras en su territorio.
Otro aspecto relacionado con la religiosidad popular tradicional son
las prácticas rituales y mágicas, los tabúes alimentícios, los males de
ojo, las acciones de los espíritus y los diferentes tipos de prodigios.
Entre la población saharaui también es conocido el uso de amuletos
con diferentes finalidades. Para obtener seguridad se utiliza un cuadro
con nueve cifras mágicas, cuya suma equivale al nombre de Dios. Para
favorecer el desarrollo de la inteligencia de los alumnos se inscribe el
“kaiketar” en sus pizarras. Para favorecer el entendimiento entre los
que habitan una tienda se coloca la progresión de los números del
“boudour” en la cumbrera de la jaima.
La Escuela Coránica
En el Sáhara Occidental, la escuela llegó con el Islam, ya que la
formación religiosa exige el aprendizaje de la lectura y la escritura.
En cada campamento de la sociedad tradicional solía haber una escuela
coránica. Si el campamento debía permanecer en un mismo sitio por un
largo período, se construía la “zriba”, que eran ramas dispuestas sobre
la arena que simbolizaban los muros de la mezquita cuyo techo era la
bóveda celeste.
Al cabo de un largo período de estudio durante el cual aprendía a
leer y memorizar gran cantidad de libros, el maestro instaba al
estudiante a impartir sus enseñanzas. De este modo empezaba su actividad
al servicio de una familia, que se hacía cargo de él a cambio de sus
enseñanzas. Sus alumnos, entre 6 y 15 años debían aprender fragmentos
del Corán, así como otros aspectos vinculados a la religión y el sentido
del respeto y la obediencia.
LA ECONOMIA TRADICIONAL SAHARA OCCIDENTAL
La ganadería nómada era la base de la economía saharaui. Junto a ella
se realizaban otras actividades complementarias como el comercio,
algunas formas de agricultura y la explotación de salinas. En las zonas
costeras también se desarrollaba la pesca marítima.
La ganadería nomada
La cría de ganado era la base de la economía saharaui. Aunque también
se criaban cabras y corderos, el rebaño estaba compuesto básicamente
por camellos. Los camellos son los animales que mejor se adaptan a las
condiciones del desierto. Durante la estación seca pueden llegar a pasar
hasta 5 días sin beber y con ellos se pueden realizar diariamente
largos desplazamientos. La camella era el eje de la economía ganadera,
ya que a parte de criar, también se usaba como animal de carga.
Del ganado se aprovechaba todo. La leche y sus derivados que
constituían la alimentación básica de los saharauis junto a la carne. La
piel se utilizaba para fabricar monturas, cuerdas, alfombras, cojines
así como para decorar estuches, instrumentos musicales, etc. Con pelos
de camello se elaboraban tejidos en bandas que constituían la jaima. La
grasa se aprovechaba como cosmético y para medicinas. Los excrementos y
orines también tenían utilidad terapéutica.
Los rebaños eran propiedad de la familia. Cada tribu y fracción tenía
una marca con la que identificaba sus rebaños. Prácticamente todas
estas marcas tienen una leyenda que explica su origen.
La Agricultura Tradicional
El agua es un bien escaso, pero también la agricultura se ha desarrollado, aunque solo como una actividad complementaria.
Los terrenos más fértiles se reservaban para el cultivo de cereales y
hortalizas. La explotación agrícola era básicamente familiar, aunque
para los trabajos de siega y trilla se necesitaba la participación de
todo el campamento.
La pesca Tradicional
Algunos grupos de la costa se dedicaban a la pesca marítima. Para
éllo utilizaban redes de unos 10 metros de largo por 3 metros de ancho,
que mantenian verticales en el mar con corchos y trozos de vasijas de
barro. Pescaban sin embarcaciones por lo que manipulaban las artes de
pesca desde la costa utilizando unos palos muy largos para colocar y
recoger las redes.
El comercio
A lo largo de la historia, el Sáhara ha una sido una zona de paso y
de destino de importantes vías comerciales. Algunas de estas vías nacían
en Europa y sus destinos eran Essauría, Tombuctú y San Luis de Senegal.
El comercio transahariano tradicionalmente se desarrolló a lo largo
de un eje norte-sur. A partir del siglo XVII se sumó un nuevo eje
comercial este-oeste que unía las zonas del interior con las de la
costa, que era donde las potencias europeas empezaban a instalarse.
Así, productos como la goma arábiga del norte del río Senegal, o las
plumas de avestruz del desierto, atrajeron a los comerciantes europeos,
que ofrecían metales, tejidos y alimentos a cambio de estos productos.
Pero los nómadas no se limitaban a participar en este comercio
intercambiando productos, sino que también realizaban funciones de
protección, guía, transporte, así como de arrendamiento de camellos.
Las salinas de Lyil eran el núcleo comercial más importante junto al
Sáhara Occidental. De Lyil se extraían grandes losas de sal de unas
dimensiones aproximadas de 1 x 0,4 x 0,15 m. Los trabajadores de las
salinas recibían una de cada 687 que extraía, además de una medida de
mijo por cada carga de animal que realizaba y que eran unas seis losas
por camello.
Los artesanos
En cada campamento residían algunos artesanos que con sus habilidades
satisfacían las necesidades técnicas del grupo. Producían instrumentos
de lujo o útiles para la vida en el desierto, y a cambio recibían
alimentos y protección.
En el pasado los artesanos no gozaban del prestigio y reconocimiento
que actualmente se les concede. A pesar de que residían junto al resto
de familias, se les consideraba extranjeros y formaban un grupo aparte.
Sólo podían casarse con miembros de su propio grupo.
El artesano y su esposa se dedicaban a la elaboración de productos artesanales, pero los trabajos eran distintos para cada uno.
El hombre, con un instrumental simple de martillos, tenazas, alicates
y un fuelle, se dedicaba al trabajo de la madera y los huesos o bien
del oro, la plata y el hierro. La mujer se dedicaba al trabajo del cuero
realizando el curtido, el grabado, la pintura a el cosido. Con el cuero
se elaboraban grandes alforjas, cojines, odres, cuerdas, monturas,
tabaqueras o cajas forradas de piel y otros objetos de decoración.
El arte saharaui es un arte de miniaturistas a juzgar por la
extraordinaria delicadeza de las decoraciones ejecutadas con la pluma y
el cincel sobre la plata o el cuero.
Se trata de un arte de aparente simplicidad con motivos geométricos
que esconden significados difíciles de descifrar para los no expertos.
Algunos especialistas tienen el conocimiento de las letras y de las
cifras mágicas, con las que construyen amuletos y talismanes que ofrecen
protección a los que los llevan consigo.
Algunos de los diseños del arte saharaui, como los que podemos
encontrar en los tapices de cuero, los recipientes de madera, o en las
joya, tienen equivalencias al alfabeto árabe.
Si leemos los motivos decorativos, podremos observar como el número
cinco aparece con mucha frecuencia, ya que simboliza la mano de Fátima,
la Providencia, y resume la Ley y la Religión.
Se comprende, que los motivos ornamentales raramente se abandonaran a
la libre fantasía del artesano. Los diseños son limitados, cada uno
tiene su nombre, y muchos de ellos tienen un significado preciso y una
función clara que cumplir.
TRADICIONES Y COSTUMBRES
Moda y Vestidos
En las provincias saharauis, el hombre y la mujer tienen trajes
específicos abundantes en estilos y muestras. Así, el hombre suele
llevar la “darâa”, mientras que la mujer se lleva la “Malhfa”. Por lo
general, los trajes de ambos sexos se caracterizan por su decoro,
modestia, recato, buen gusto y sencillez. El hombre saharaui no
encuentra ninguna dificultad en realizar las labores más complejas, pese
a las sensaciones de lentitud y falta de agilidad y funcionalidad y,
de incompatibilidad con las exigencias de nuestra época que pueda dar
su traje tradicional.
En cuanto a las joyas, pues la mujer saharaui en su vida beduina
acostumbra ataviarse con alhajas de plata engarzadas con piedras
preciosas. Entre estas joyas, podemos citar “Lmbaíl”, los brazaletes y
“al-líat” que son pulseras que se pone alrededor de la muñeca, mientras
que en sus pies se pone ajorcas llamadas “jlajel” y se alhaja el cuello
con “al-baghdad” que consiste en un pequeño libro de plata de ley
engarzado con una piedra preciosa llamada “al-bzrada”.
Igualmente, encontramos otra alhaja llamada “al-sraa´”, una especie
de sarta de piedras preciosas muy parecida a la gargantilla, y el
collar que, igualmente, se engasta con las mejores piedras preciosas.
La haima Saharaui
Se considera como la primera unidad social saharaui, según la
historia. Es el lugar de alojamiento, y el conjunto de las relaciones
que unen los miembros de una misma familia.
La tienda la extienden mediante dos pilares opuestos, enlazados con una
cuerda atada al suelo por medio de anillas, y envuelta en una tela. La
puerta de la tienda siempre abre hacia el sur.
Arte Culinario Saharaui
La nutrición saharaui se compone, principalmente de carne, arroz y “leben”, (o leche de cabra).
Pero también han surgido otros platos como el cuscus, la assida, y los dátiles.
Los utensilios usados, son las vasijas de barro, bandejas grandes también de barro.
• El TIDGUIT
Existen varias costumbres y tradiciones inherentes al mes de Ramadán en
las particularmente el uso de ciertas sustancias que raras veces, son
recordadas fuera de ciertas celebraciones.
Entre las tradiciones que han acompañado a los habitantes, encontramos
el fuerte consumo que se hace de los dátiles, del leben y de la carne.
Si el leben es considerado por algunos como una materia de suma
importancia para los saharauis, muchos consideran que la carne no es
menos importante dado que la preparan con meses de antelación, y
diariamente la comen fresca.
Entre los métodos utilizados para preparar y conservar la carne para un
largo periodo, tenemos los métodos de “tidguit”, o “tichtar”. La carne
se prepara tras degollar el camello y repartir su carne de manera
equitativa entre las familias establecidas en el barrio de las tiendas
de campaña, llamado “al frig”.
Cada familia, después de recibir la porción de carne que le corresponde,
procede a realizar la operación de cortarla bajo forma de tiras.
Seguidamente, las familias despojan la carne de la grasa que contiene y
la disuelven para obtener un líquido blanco, claro y espeso nombrado:
“al-wdek”.
Se deja secar la carne exponiéndola directamente al sol y, una vez seca,
se guarda en sacos especiales. En este caso, la carne es llamada
“Tichtar”. El “Tidguit” en su forma definitiva sólo puede ser obtenido
tras cocer la carne secada en poco agua encima de un fuego lento.
Seguidamente, se procede a triturarla hasta obtener una masa, a la que
se añade un poco del caldo donde fue cocida la carne, y a veces, se le
añade cierta grasa.
El “Tidguit” y el “Tichtar” son considerados como el mejor plato que se
pueda ofrecer a los invitados y constituyen una manera para solicitar
los favores de las personas mayores, amén de formar parte de las
provisiones del saharaui.
• EL MARHU (ARROZ)
Los saharauis acostumbran consumir arroz con carne de camello, y entre
los platos que más consumen, encontramos ‘marou’ con carne (arroz con
carne).
Se trata de un plato muy nutritivo y de fácil preparación, ya que se
pone una cantidad suficiente de carne, preferentemente carne de camello,
en un recipiente con un poco de aceite y sal, y después de cocer la
carne, se quita la carne para poner arroz que se cuece en el mismo caldo
de la carne. Y se ofrece la comida en un plato donde se pone la carne
encima del arroz cocido
• TBIJA
El plato de “tbija” de carne, tanto de camellos o de ganado, es
considerado como uno de los mejores platos que se pueda ofrecer al
huésped en las provincias saharauis.
Se trata de un plato que se prepara, tras escoger las mejores carnes.
Después, se cuece en una olla específica con un poco de aceite y de sal,
ya que los saharauis no quieren añadir nada a la carne por considerar
que pierde sus propiedades originales.
• EL CUSCUS
El Cuscús se prepara con la sémola de cebada que se pone en una olla
agujereada llamada “Keskas” para cocerla al vapor que sube y se filtra
por los agujeros del “Keskas”. Una vez cocidos los granos de sémola, se
le añade el caldo de la carne y se pone la carne encima, sea de camello o
de oveja. Y muchas verduras, proporcionando un rico sabor.
Algunos pueden preferir el cuscús sin carne, y lo rocían con el leben o
la leche de las camellas, y con un poco de azúcar. Entonces, se le llama
cuscús “al-ghobba”, (es decir cuscús a secas o sin carne) precisamente
por la dificultad de elaborar sémola con la harina de cebada.
Algunas mujeres prefieren evitar estas dificultades que supone elaborar
la sémola, y optan por la sémola comercializada; igualmente han surgido
últimamente, algunas cooperativas femeninas que preparan la sémola del
cuscús de manera tradicional y la comercializan localmente.
El Té Saharaui
El té y su ritual es, así mismo, la ceremonia con la que se recibe a
un visitante o pariente y, a pesar de su carácter de pueblo nómada, los
utensilios del té, nunca se abandonan; constituyen incluso la prenda más
querida de todo ajuar saharaui.
La preparación del té tiene un ritual muy característico y es
imprescindible respetarlo. Se hace en tres rondas, siendo el primer vaso
amargo como la vida, el segundo dulce como el amor y el tercero suave
como la muerte. El rito del té tiene su lenguaje particular. Por
ejemplo, cuando una persona le ofrece el vaso con un discreto giro en la
palma de la mano eso significa que le atraes. Es una obligación la
visita diaria a los vecinos más próximos y familiares cercanos, si están
enfermos o necesitan ayuda.
Se prepara en momentos particulares y se acompaña de ritos específicos.
Resulta casi imposible que una reunión o una velada tengan lugar sin
servir el té, y sin debatir las noticias y cuestiones de la vida pública
en torno a un azafate de té.
En este sentido, vemos que los saharauis mantienen todavía vivas las
viejas tradiciones y rituales de preparación del té. Entre ellas, la de
tomar el te en grupo, alargándolo en medio de una agradable
conversación, brindando al conjunto de personas que tienen la
oportunidad de presenciar esta ceremonia.
Dado que el té es prioritario y constituye la principal bebida que se
debe servir al invitado, el hombre saharaui procura abastecerse desde
siempre de esta indispensable materia que, antiguamente, solía traer de
los países más remotos. Y puede verse en la obligación de pagar grandes
cantidades de dinero por comprar el té, hasta tal extremo que, a raíz de
una subasta, un kilo de té o de azúcar fueron trocados por unos
camellos o por varias reses de ganado.
La persona elegida en el grupo para preparar el té se le llama “al-qiam”
y debe cumplir ciertos requisitos: ser elocuente, dominar la poesía,…
Obviamente, el hecho de designar a un miembro del grupo para preparar el
té constituye un honor para el mismo, y no una obligación.
Los saharauis encuentran un placer especial en la contemplación del que
realiza el te, y le hacen observaciones y comentarios sobre las faltas
que pueda cometer, como el no saber manipular los utensilios de té, o el
ofrecer vasos de té sin haberlos dejado hervir suficientemente, o el no
cuidar la limpieza del azafate de té, o que exagere en sus movimientos.
Existen beneficios sanitarios que aporta el té y encontramos su facultad
para facilitar la digestión, y así, vemos que los saharauis procuran
tomarlo en abundancia, particularmente después de una copiosa y
grasienta comida de carne.
Así pues, diremos que el Te, no es una simple bebida convencional, sino
que constituye una prueba de la generosidad saharaui, y una muestra de
cordialidad y hospitalidad ya que para el pueblo saharaui, es más
importante ofrecer te que comida.
Y si da el caso de que, después de una larga sesión de té, llegan tarde
unos invitados, los saharauis preguntan: ¿volvemos a preparar el té? Y,
obviamente, están siempre dispuestos a preparar más té y a compartirlo
con los demorados invitados por consideración y respeto a los mismos.
Henna
Los adornos en pies y manos realizados con henna, son muy habituales entre la población femenina saharaui.
La henna es una planta de donde se extrae un polvo que mezclado con
agua y bien amasado, se forma una especie de barro. Una vez quitado deja
un color anaranjado oscuro en la piel.
ARTE, LITERATURA ,MÚSICA, CINE Y PINTURA
Arte
El arte saharaui es un arte de miniaturistas, se trata de un arte de
aparente simplicidad con motivos geométricos que esconden significados
difíciles de descifrar para los no expertos.
Destacan los tapices de cuero, los recipientes de madera, pulseras de
madera… Los diseños tienen equivalencias al alfabeto árabe. Si leemos
los motivos decorativos, podemos observar como el numero cinco aparece
con mucha frecuencia, ya que simboliza la mano de Fátima, la Providencia
y resume la Ley y la Religión.
La artesanía forma parte del patrimonio histórico de las tribus
nómadas. Pero, la tipología de los productos y las vías de su
comercialización conocen en la actualidad profundas mutaciones, debidas a
la sedenterización de los nómadas y al cambio sufrido en los hábitos de
consumo.
La industria artesanal en estas zonas reposa en la transformación por
parte de los artesanos de las pieles de cabra y camello, de la plata,
del marfil de color y del barro local en productos útiles y en obras de
arte (joyas, productos de cobre,…) En este sentido, el complejo
artesanal,contribuye a la organización y formación de los artesanos.
En relación con los productos manuales, el saharaui se muestra muy
creativo en la elaboración de algunos productos manuales tradicionales y
populares, de los que cabe citar “Asarmi”, una especie de almohada de
cuero engarzada con varios dibujos, los múltiples utensilios caseros
como los baúles y pequeños cofres que se utilizan para guardar los
perfumes y las alhajas femeninas, y pueden ser utilizados para guardar
algunos objetos y documentos importantes como los manuscritos y las
actas de venta, de matrimonio y de propiedad.
El desarrollo de este sector mantiene una estrecha relación con el
patrimonio cultural de los nómadas, el cual reposa en gran medida en la
cría de cabras y camellos, puesto que las pieles de estos animales se
utilizan en la elaboración de otros productos como los taburetes de
piel, las sandalias, y las cerdas se utilizan para tejer alfombras y
tiendas de campaña de los nómadas.
Los saharauis se caracterizan igualmente por su vestimenta azul que,
en su mayoría, se importa de Mauritania. También hay otras facetas de la
artesanía que conocen cierto éxito, particularmente la orfebrería y el
trabajo de cobre.
Encuentros Internacionales de Arte y Derechos Humanos del Sahara Occidental
La música
Originarios de Mauritania, donde incluso llegaron a formar poblados,
los músicos emigraban hacia el norte al encuentro de algún jefe tribal
que los acogiera y contratara y cantaban para él y su grupo en tono
elogioso.
Si el jefe no quería sus servicios, los músicos componían temas de
carácter satírico con los que se burlaban de él o su grupo. Posiblemente
de este hecho se deriva la consideración social que tienen los músicos,
entre la admiración y el desprecio.
Los músicos también jugaban un papel destacado en las incursiones
guerreras. Recitaban poesías de carácter heroico y tocaban para dar
coraje a los guerreros.
En la música del Sáhara se puede distinguir entre las abundantes
canciones populares que eran conocidas por una o varias cábilas, y la
música culta de la zona conocida como el houl.
El houl es un estilo musical muy apreciado y difundido, no sólo en el
Sáhara occidental, sino también en Mauritania, Mali y sur de Argelia.
Dentro del houl se distinguen siete estilos que en cada recital se
combinan en un orden bastante riguroso, cada uno de los cuales hace
referencia a un tema específico como la guerra, el amor, la belleza, el
territorio, etc.
Aziza Brahim
Mariam Hassan
Música Tradicional Saharaui
Mariem Hassan en RTVE
Literatura
Generación de la Amistad
Un grupo de poetas saharauis que pretenden transmitir el sufrimiento
de su pueblo, unidos por historias de pastores que se perdieron
persiguiendo sus sueños tras una nube.
Generación de la Amistad
Blog: Y… ¿Donde queda el Sahara?
Cuentos Populares
Desde siempre, el Sahara es un terreno fértil para el florecimiento
de la imaginación. De allí la proliferación de los cuentos y historias.
El cuento en el Sahara es la encarnación de la lucha entre las fuerzas del bien y el mal.
El protagonista de este cuento entra en conflicto con seres
pertenecientes a mundo extraños como aquél de los demonios. Este
protagonista vive en la tienda de campo y puede ser un animal no del
todo ajeno al ambiente del Sahara (gacela, serpiente, hiena, lobo) o un
animal totalmente imaginado (“niro”, “bukra”, “shertat”).
La noche es el tiempo idóneo para relatar cuentos tanto para divertir
a los niños hasta que se duermen como para velar entre adultos.
El cuento hassaní requiere que el narrador disponga de gran talento
de actor y de narrador capaz de hacer frente al público y transmitirle
el mensaje con toda precisión…Generalmente, el narrador es siempre un
viejo (shaibani) o vieja (kahla) debido a su capacidad de narración
basándose en el dialecto hassaní.
El cuento de “Shertat” es muy conocido en el Sahara. Existen
diferentes versiones de esta historia: algunas dicen que “Shertat” era
un nómada, otras lo comparan al lobo en su astucia o al león en su
fuerza, mientras que otras narraciones dicen que es medio hombre medio
animal que asombra a quien lo ve.
Refranes
Los refranes son el espejo que refleja el imaginario colectivo de los
pueblos, su cultura, su concepción de las relaciones humanas y
materiales, sus preocupaciones espirituales y políticas y la síntesis de
sus experiencias, las etapas felices o trágicas de sus historia, la
creatividad de sus sabios y la memoria de las epopeyas de sus héroes.
La sociedad hassani, como otras sociedades árabes produjo una
multitud de refranes populares a las especificidades culturales
particulares. Estos refranes se caracterizan por su pertinencia y la
síntesis que hacen de la vida económica, social y cultural en Sáhara.
Estos refranes tratan de temática muy variada. Desde lo moral y
las relaciones humanas, hasta la calidad de los comportamientos en
sociedad, y las sabidurías que sacan fruto de experiencias de la vida,
pasando por los consejos a propósito de la educación de los niños, la
moralidad y las reglas de conveniencia.
Cine
El proyecto “Cine por el pueblo saharaui”
Festival Internacional de Cine FISAHARA
Pintura
Pintores Saharauis – Los pintores saharauis y sus
obras, creadas con pocos medios pero mucho talento desde el desierto.
Este es el trabajo de Fadel Jalifa, Fadili Yeslem, Moulud y Madi Ahmed
de la Escuela de Artes Plásticas de El Aaiun, en los campamentos de
refugiados saharauis.
Blog / Galería de Pintores Saharauis