Durante la década de los 70, Asia y África
eran un hervidero de luchas por la autodeterminación. En busca de una
anhelada independencia frente a los viejos dominios europeos, muchos de
los movimientos de descolonización se cristalizaron en la creación de
nuevos Estados; sin embargo, no todo los pueblos del ‘Tercer Mundo'
corrieron con esta suerte.
Más de 40 años después, la situación
del pueblo saharaui continúa como uno de los pocos resabios coloniales
que aún no ha podido cumplir aquel ideal de emancipación.
Pese al
paso del tiempo, para Omar Mansor, ministro para América Latina y el
Caribe de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), el deseo de
autodeterminación de su país ‘permanece intacto', afirmando que el
camino para la paz en el Sahara Occidental pasa por ‘el respeto a los
derechos inalienables del pueblo saharaui a su independencia'.
Ubicado
en el norte de África y excolonia de España, el Sahara Occidental quedó
en un limbo de guerra y disputas territoriales tras la desordenada
retirada de Madrid en 1976, tres meses después de la muerte del dictador
fascista Francisco Franco.
‘La primera fase del conflicto fue un
enfrentamiento militar, entre nosotros y los ocupantes, que vinieron a
sustituir la colonización española (...) Marruecos por un lado y
Mauritania por el otro, que simplemente se abalanzaron sobre la
República Saharahui y trataron de dividir el país en dos partes sin
contar con el pueblo (...). En 1979 Mauritania firma la paz con el
Frente Polisario (guerrilla saharaui), retirándose de la zona ocupada y
siendo tomada esta por Marruecos. Resistimos esta situación hasta 1991,
momento en que se alcanza un alto el fuego bajo el auspicio de Naciones
Unidas (ONU) y la Unión Africana (UA), ambas solicitando el
reconocimiento del derecho del pueblo saharahui a la autodeterminación,
el respaldo a la Minurso (Misión de Naciones Unidas para el Referéndum
en el Sahara Occidental) y la demanda de organizar un referéndum por el
que los saharahuis se expresen libremente', explicó Mansor a La Estrella
de Panamá .
Aunque propuesto para realizarse poco después de su
creación, a más de 27 años del surgimiento de la Minurso, aún no ha
tenido lugar el referéndum propuesto.
‘Ese referéndum debió tener
lugar en 1992 (...) cuando ya se había avanzado en la determinación de
los electores y la preparación de la consulta; no obstante, Marruecos
renunció en 1998 a organizarlo, bloqueándolo. Desde entonces la Minurso
persiste en ese esfuerzo hasta hoy', subrayó el ministro.
Para
Mansor, que fue recibido en visita oficial en la Cancillería panameña
‘si Marruecos está tan convencido de que los saharauis quieren ser
marroquíes, no hay mejor oportunidad que brindarles la vía democrática
para reafirmen ese supuesto(...). No quieren hacerlo porque lo van a
perder'.
VÍA POLÍTICA
Buscando evitar una
vuelta a los enfrentamientos bélicos, Mansor aseguró que la RASD busca
alcanzar una solución pacífica y política a su proceso de
descolonización, una posición que privilegia la diplomacia y los caminos
judiciales.
‘Nosotros enfrentamos esto con movilizaciones, tanto
interna como internacionales (...) actualmente 86 países reconocen a la
República Saharahui. Igualmente nos hemos sumado a los apoyos de parte
de países, fuerzas políticas y la sociedad civil internacional en
presionar a Marruecos para que se siente en la mesa de negociaciones y
se pueda organizar el referéndum con todas las garantías democráticas',
apuntó Mansor.
‘El Frente
Polisario y la RASD estamos dispuestos a analizar conjuntamente cuáles
son los intereses de Marruecos y a ser compresivos con ellos, pero
siempre que sea sobre la base del respeto a la soberanía y el derecho de
autodeterminación de nuestro pueblo',
OMAR MANSOR
MINISTRO PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE DE LA REPÚBLICA SAHARAUI
De
acuerdo con el ministro, la monarquía marroquí se encuentra ‘cada vez
más aislada', destacando el hecho de que ningún Estado en el mundo
reconoce la soberanía de Rabat sobre el Sahara Occidental.
Igualmente,
el político señaló que Marruecos ha sumado una serie de reveses
judiciales que hacen ‘más evidente' la insostenibilidad de la ocupación
en la región.
‘El retorno en 2017 de Marruecos a la Unión Africana
(que abandonó en 1984 tras la admisión de la RASD), estuvo marcada por
la firma de la carta de la organización, donde se vio obligada a aceptar
dos principios fundamentales antes rechazados por Rabat: el derecho a
la autodeterminación y el respeto a las fronteras heredadas de la
colonización (...)', indicó Mansor, que consideró a su vez que este paso
podría favorecer la participación del bloque africano en la solución
del conflicto.
Igualmente, destacó la posición recientemente
adoptada por la UA en julio pasado, donde respalda los esfuerzos de las
Naciones Unidas.
En esa misma vía, el Consejo de Seguridad de la
ONU emitió una resolución a finales de octubre reiterando los objetivos
de la Minurso, además de respaldar las conversaciones de paz propuestas
para realizarse en diciembre próximo en Ginebra.
También este año,
la RASD alcanzó una victoria judicial en el Tribunal de Justicia de la
Unión Europea (UE) que declaró inválido un acuerdo de pesca firmado
entre el bloque comunitario y Marruecos, al considerar que ‘el
territorio del Sahara Occidental no forma parte del Reino de Marruecos'.
Este
último fallo, subrayó Mansor, es un duro golpe para la economía de
Rabat, que recibe importantes beneficios de la explotación de recursos
en la región ocupada.
‘Marruecos vino al Sahara Occidental atraído
por los recursos que allí existen (...) los fosfatos, las minas de oro
que recientemente ha empezado a saquear y las zonas de pesca, nosotros
tenemos más de 1200 kilómetros de costa, una de las más importantes
zonas pesqueras del mundo (...) incluso hay potencialmente indicios de
reservas de petróleo y gas', apuntó el político.
En su opinión, el
reino marroquí presenta una difícil situación económica que busca
‘sufragar' con los recursos que extrae de las zonas ocupadas.
‘Marruecos
tiene una deuda de 60 mil millones de dolares en un país que no tiene
recursos naturales propios para solventar ese déficit (...) incluso han
empezado a vender algunas propiedades del Estado para poder granjear
fondos' señaló.
MANO TENDIDA
Igualmente, el
ministro lamentó el endurecimiento del discurso de Rabat y espera que
estos evolucionen hacia una posición más constructiva de cara a la
reunión en Ginebra.
‘El Frente Polisario y la RASD estamos
dispuestos a analizar conjuntamente cuáles son los intereses de
Marruecos y a ser compresivos con ellos, pero siempre que sea sobre la
base del respeto a la soberanía y el derecho de autodeterminación de
nuestro pueblo', zanjó el diplomático.
Según explicó Mansor, la
ocupación representa un alto costo económico para Marruecos, que desvía
los recursos que debería ir al pueblo marroquí para solventar su
presencia en el Sahara.
‘Marruecos es una monarquía absolutista
poco democrática (...) que condiciona la legalidad de los partidos al
reconocimiento del Rey como ‘autoridad divina' y reconocimiento de la
ocupación. A pesar de eso, existen oenegés y fuerzas marroquíes
solidarias con el derecho saharahui que se enfrentan a la represión ‘,
destacó.
RELACIÓN HISTÓRICA
Finalmente,
Mansor agradeció a Panamá por su ‘respaldo histórico' a la aspiración
saharaui, siendo nuestro país el primero de América Latina en reconocer a
la RASD en 1978.
‘Los saharauis tenemos una deuda histórica con
Panamá, cuyo pueblo, igual que nosotros, en condiciones muy difíciles de
ocupación en su Zona del Canal, pudo finalmente liberarse (...)
esperamos que cuando nosotros estemos en condiciones de poder gozar de
manera soberana nuestro territorio y economía, podamos traducir ese
progreso en cooperación entre nuestros dos pueblos', acotó el ministro.