Producen forraje como alimento para cabras, así aseguran leche de mejor calidad y acceso a carne
Por: Naddir Iddir - El Watan Argelia
Cuando se piensa en la necesidad de desarrollar la agricultura en el mundo, de cultivar alimentos para animales o personas, el desierto del Sahara no es el primer lugar que viene a la mente. Pero es precisamente ahí donde, quizá, ese tipo de actividad más se necesite.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la prevalencia de la desnutrición en África pasó de un 20,8 por ciento en 2015 a un 22,7 por ciento en 2016, afectando a 224 millones de personas en todo el continente.
En los campos de refugiados del Sahara Occidental, que albergan a más de 173.000 personas que huyeron de territorios en disputa hace 35 años, las cifras son aún más alarmantes: la tasa de desnutrición alcanza el 40 por ciento, algo que afecta principalmente a niños, según la Media Luna Roja.
El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) ha intentado abordar esta cuestión estableciendo unidades de producción de forraje en los campos de refugiados saharauis en Tinduf, en el sudoeste de Argelia. Estas unidades dependen de la agricultura hidropónica, lo que significa que las plantas se cultivan en un material naturalmente inerte, como la arena.
La técnica no necesita fertilizantes y permite la producción de forraje para animales en regiones o áreas desérticas donde la calidad del suelo es demasiado baja para la agricultura. Solo se necesita agua.
Fue Taleb Brahim, un ingeniero saharaui, quien tuvo la idea, y el organismo de asistencia alimentaria de la ONU la adoptó con diligencia, encargándose de conseguir los fondos necesarios para lanzar la iniciativa. Unas 300 familias que viven en los campos de refugiados se benefician con el proyecto. Brahim, quien reside allí, presentó su idea –titulada ‘Cultivando en el desierto’– en el programa Acelerador de Innovación del PMA en Múnich en 2017, donde fue elegida por el jurado.
Utilizando bandejas de cebada local, las familias saharauis beneficiadas por el programa cultivan plantas que sirven como alimento para el ganado en apenas una semana. Para protegerlas del calor, las bandejas se conservan en contenedores, en invernaderos o en construcciones de barro cocido.
Los efectos positivos en animales son inconfundibles: la calidad y la cantidad de producción lechera han mejorado, mientras que la tasa de mortalidad de los cabritos ha disminuido drásticamente, según un informe de la ONU en Argelia. “El PMA quiere mejorar la seguridad alimentaria en los hogares y asegurarse de que la gente tenga más acceso a la carne y a la leche de cabra”, dice Romain Sirois, representante del PMA en Argelia.
La técnica no necesita fertilizantes.
El PMA quiere mejorar la seguridad alimentaria en los hogares y asegurarse de que la gente tenga más acceso a la carne y a la leche de cabra
La organización, que firmó contrato con la compañía argelina Agro Solution, ordenó la instalación de unidades con bandejas apiladas (cargadas en contenedores), para agregarlas a las que se hacen allí mismo, y así producir una mayor cantidad de forraje.
“La unidad cargada en contenedores puede producir hasta 100 kilos de forraje verde por día, lo suficiente para alimentar a unas 20 cabras, mientras que las unidades locales producen 60 kilos”, sostiene Sirois. Las familias también recibieron unas 50 unidades más pequeñas, cada una capaz de producir hasta 15 kilos de forraje por día, suficiente para cinco cabras.
“Me dieron una unidad pequeña para mis cinco cabras. Al cabo de 10 días, crece suficiente forraje. Mis cabras están más sanas”, dice una de las mujeres del programa.
Agro Solution produce otras 170 unidades, con lo que se pretende llegar a otras 220 familias. El proyecto podría reproducirse en Malí y Nigeria.
NADDIR IDDIR
EL WATAN ARGELIA