Brahim Ghali felicita a su homólogo ecuatoriano por el 213 aniversario de la independencia de su país

  El Presidente de la República felicita a su homólogo ecuatoriano por el 213 aniversario de la independencia de su país SPS   Bir Lehlu (República Saharaui), 10 de agosto de 2022 (SPS) – El Presidente de la República y Secretario General del Frente POLISARIO, Sr. Brahim Ghali, felicitó este miércoles a su homólogo ecuatoriano, Guillermo Laso Mendoza, con motivo del 213 aniversario del primer grito de independencia de la República del Ecuador, que coincidió con el 10 de agosto de 1809. En la carta de felicitación a su homólogo ecuatoriano, el Presidente de la República expresó “sus más sinceras felicitaciones, en nombre del pueblo y del gobierno de la República Saharaui, al hermano gobierno y pueblo del Ecuador, con motivo del 213 aniversario de la independencia”. “Este hecho histórico llevado a cabo por el valiente pueblo ecuatoriano, permitió sembrar las semillas de la liberación y emancipación en América Latina, así como el cumplimiento del sueño de indep

Estados Unidos debe pedir perdón!

Estados Unidos, el Frente Polisario y el Sáhara Occidental





Estados Unidos debe pedir perdón al pueblo saharaui, porque su apoyo incondicional a Marruecos, alentó a este último a invadir impunemente el Sáhara Occidental y a posponer indefinidamente el referendo de autodeterminación, con el agravante que dicha población sufre atroces violaciones a los derechos humanos por parte de las fuerzas de ocupación marroquíes.
En época de la Guerra Fría, tanto Estados Unidos, como la entonces Unión Soviética exigían incondicionalidad y apoyo total a sus decisiones políticas, pero el movimiento de liberación del pueblo saharaui, el Frente Polisario, que combatía el yugo español y después el marroquí, rechazó alinearse con esos contendientes en ese mundo bipolar, porque su lucha era por la autodeterminación e independencia.(...)

Pagó caro ese “atrevimiento”, porque si no hoy el Sáhara Occidental sería libre, debido a ese “toma y daca” de las potencias. Una de las figuras funestas para los saharauis fue el entonces Secretario de Estado Henry Kissinger, que asesoró y apoyó a los marroquíes en la invasión de la “Marcha Verde” –que no fue pacífica, porque el Ejército marroquí atacaba a la población civil saharaui antes del anuncio de la misma en 1975, además de brindarles armas y logística, y presionaba a España, la potencia administradora de esa colonia, para que le entregara el territorio a Marruecos, como así lo hizo, ilegalmente, contra las resoluciones de las Naciones Unidas, que habían declarado al territorio no autónomo, pendiente de descolonización y la autodeterminación del pueblo saharaui. Incluso, la invasión fue posterior al dictamen de la Corte Internacional de Justicia de La Haya que señala: “la conclusión del Tribunal es que los materiales e información presentados a él no establecen ningún vínculo de soberanía territorial entre el territorio del Sáhara Occidental y el reino de Marruecos o la entidad mauritana”, por tanto debe aplicarse el “principio de autodeterminación…”.
Tanto Estados Unidos, como Francia y España, aplican en su política exterior la “real politik”, por la que se ceden principios, basándose en intereses prácticos, sin importar la ética, los valores o el Derecho Internacional. En el caso saharaui asimismo han primado prejuicios debido a los lobbies y la millonaria propaganda marroquí, estos son, por ejemplo, que el Sáhara Occidental sería un Estado inestable, no viable, sin recursos y que tiene poca población.
De acuerdo a la publicación Foreign Policy de febrero de 2014, solo desde el 2007 hasta el 2013, Marruecos ha gastado 20 millones de dólares (signados en la Ley de Registro de Agentes Extranjeros (FARA) en Estados Unidos para mantener sus lobbies, grupos de presión y relaciones públicas. Son 12 compañías inscritas en FARA oficialmente, y hay otras que no lo están, pero trabajan fuera de la ley, sin declararse.
“Los millones de Marruecos parecen haber sido utilizados de forma eficaz, ya que los Estados Unidos nunca han presionado al reino de seguir adelante con su promesa de celebrar un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental”.

El Frente Polisario y EE.UU.
El Frente Polisario – exclusivo representante del pueblo saharaui reconocido por la ONU- fue el único movimiento de liberación nacional que no tenía el respaldo de los países del Este durante la Guerra Fría, al contrario de otras organizaciones como la Organización de Liberación de Palestina, Congreso Nacional Africano (ANC), SWAPO (Namibia), sandinistas, FMLN (El Salvador) y FRETELIN (Timor).
Nunca pudo abrir oficinas en Moscú o en Beijing, simplemente porque el Polisario no se declaró como comunista o anti imperialista como querían esos países. La naturaleza del Polisario como alianza nacional amplia no tiene color político, pero sí en su dirección y dentro de sus miembros se puede encontrar de todas las tendencias políticas. El único acuerdo entre ellos es creer en los derechos del pueblo saharaui, no es importante su afiliación ideológica o religiosa, racial  o de género.
Los países que reconocen a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en Latinoamérica fueron México del PRI, Panamá de Torrijos, El Salvador, Honduras, Ecuador, Colombia, Bolivia, Guayana, Trinidad y Tobago, Jamaca, Uruguay, Paraguay y Cuba, pero también la Venezuela de COPEI, y el Perú de Belaunde Terry entre muchos otros.
Todos de diferente matiz político e ideológico. Son más de 80 países del mundo que la reconocen. La posición de la Unión Africana es  de apoyo total a la República Saharaui, de la que es Estado Miembro fundador y miembro de su antecesora OUA desde 1984. Marruecos  se retiró de la Organización Africana al no haber podido endosar su intento de anexionar al joven Estado saharaui. Este Estado le une con Latinoamérica un vínculo especial, el haber sido la colonia española en el mundo árabe y que por ello su sistema de enseñanza considera el español  como idioma oficial junto al árabe y Hassanía (dialecto saharaui).
No hay causas de izquierda o de derecha, hay solamente causas justas o no justas. El Frente Polisario tiene oficina en Washington desde 1977 junto a su representación en Nueva York ante la ONU.  Siempre ha estado cerca de EE.UU. en todos los momentos.
Se debe destacar que EE.UU. declaró a la OLP y ANC como organizaciones terroristas en un momento determinado, pero nunca declararon al Frente Polisario terrorista. EE.UU. siempre tuvo una política anti colonial en África, y trató al Sáhara Occidental como asunto de descolonización tal y como establecen todas las resoluciones de la ONU.

¿Cambia la postura norteamericana?
En el Congreso la causa saharaui tiene el apoyo de los republicanos, como del Senador conservador James Inhofe (Oklahoma) -quien es uno de los legisladores más respetados de Estados Unidos por sus principios, como lo fue Kennedy en su momento- y también de los demócratas. El presidente de la Liga de Amistad Norteamericano-Saharaui, que se formó en agosto del año 2013, es Joseph Pitts (Republicano por Pensilvania) e integrado por Betty MacCollum (Demócrata por Minnesota), entre otros. Los senadores Inhofe y el demócrata Patrick Leahey (Vermont), son muy amigos del Sáhara Occidental: piden que su país proteja los derechos humanos y apoye el referendo. Ambos están en desacuerdo en todo, menos en el tema saharaui, porque no es un asunto de ideología, sino de justicia y legalidad.
Poco antes, a fines de julio de 2013, se presentó en Nueva York la agrupación “Ciudadanos de Estados Unidos por el Sáhara Occidental”, integrada por académicos, periodistas, ex diplomáticos, activistas de Derechos Humanos, artistas y estudiantes.
Hillary Clinton fue un Secretario de Estado muy proclive a Marruecos. Todo cambió cuando ingresó a ese cargo John F. Kerry, quien cuando era senador y presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, firmó petitorios por la autodeterminación del pueblo saharaui.
Ante el aumento de las violaciones a los derechos humanos del pueblo saharaui por parte de Marruecos, el Secretario de Estado, John F. Kerry, impulsó en abril del 2013 una iniciativa en el Consejo de Seguridad de la ONU, para que los Cascos Azules (Minurso: Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental) que se encuentran en el Sáhara Occidental tenga atribuciones de velar por los derechos humanos. Lo presentó la embajadora estadounidense ante la ONU, Susana Rice. Esta decisión causó conmoción en Marruecos, motivando una airada protesta: el rey convocó a todos los partidos políticos, suspendió las maniobras militares conjuntas con Estados Unidos denominadas “León africano” y envió misiones diplomáticas al grupo de países “amigos” del Secretario General de la ONU sobre el tema del Sáhara Occidental (integrado por Rusia, Francia, España, Gran Bretaña y EEUU), logrando finalmente que Estados Unidos retirara la iniciativa por amenaza del veto francés, que contó sorprendentemente con el apoyo español y ruso.
Ello demuestra que Marruecos oculta algo grave en materia de violación de derechos humanos. El descubrimiento -en septiembre 2013- de fosas comunes en el Sáhara Occidental de gente asesinada por las tropas marroquíes y el uso en febrero 1976 de napalm y fósforo blanco contra refugiados civiles saharauis en Um Dreiga, indica que hubo desde el inicio un plan de exterminio del pueblo saharaui para someterlo al yugo de sus nuevos colonizadores.
Frank Ruddy ex embajador de EE.UU. y ex jefe de la Minurso, menciona en un artículo publicado en el diario más conservador de EE.UU, Washington Times, que “Freedom House, en el más reciente informe anual del grupo de vigilancia, calificó a la situación del Sáhara Occidental como lo “peor de lo peor”, en términos de políticas, los derechos civiles y el abuso. Esto pone al reino de Marruecos en la misma categoría que Corea del Norte , Somalia , Sudán , China, por su maltrato a los tibetanos ocupados y Siria por su abuso continuo de su propio pueblo”.
El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, acaba de instar al Consejo de Seguridad, con más fuerza que en otras oportunidades, la necesidad de garantizar la observación independiente, imparcial y constante de la situación de los derechos humanos en el territorio y en los campos de refugiados saharauis de Tinduf. Además, incluye en su informe las demandas del Polisario sobre la explotación de los recursos naturales del Sahara Occidental y señala la importancia de proteger los intereses de los habitantes del territorio.
Esto motivó la reacción del rey marroquí, Mohamed VI, que prácticamente amenazó a la ONU de desecharla, al advertirle de la necesidad de evitar “enfoques parciales y opciones peligrosas” sobre el Sáhara Occidental, “cualquier desviación de esta dirección –dijo- sería fatal para el proceso y pondría en riesgo la implicación de la ONU en el asunto”.
Por su parte, el Frente Polisario calificó de ”equilibrado” el informe del Secretario General pese a ser “tímido” debido a los efectos de “las amenazas que ejerce Marruecos”. Dijo que ”contiene elementos fuertes para convencer al Consejo de Seguridad para adoptar las medidas necesarias para el establecimiento de un mecanismo permanente para la vigilancia de la situación de los derechos humanos en el Sáhara Occidental, que ha sido severamente agravada como se describe en el documento”.
Otro actor en EEUU a favor del pueblo saharaui, es el Centro Robert F. Kennedy para la Justicia y los Derechos Humanos, presidida por Kerry Kennedy, que continuamente realiza informes y campañas internacionales por la defensa de los derechos humanos en el Sáhara Occidental.
El mes pasado, la activista saharaui por los derechos humanos Aminetu Haidar, se presentó en el Congreso norteamericano y expuso:  ”Justicia para la última colonia de África: la lucha por los derechos humanos y la autodeterminación en el Sáhara Occidental”, describiendo la política de represión brutal y sangrienta llevada cabo por Marruecos, a través de las detenciones arbitrarias, palizas, actos de tortura, violaciones, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas de los saharauis.

La posición americana sobre el Sáhara Occidental se resume en los siguientes puntos:
1. Apoyo a la protección de los derechos humanos en el Sáhara Occidental contra la represión marroquí, ver último informe del Departamento de Estado (1). La evaluación en este informe es por país y EE.UU. separa claramente al Sáhara Occidental de Marruecos. Durante su reunión con el rey de Marruecos en noviembre pasado, el Presidente de Estados Unidos se refirió en particular a la cuestión de la violación de los derechos del pueblo saharaui por Marruecos.

2. La posición americana rechaza reconocer la pretensión marroquí de soberanía sobre el Sáhara Occidental y considera que el conflicto debe resolverse sobre la base del principio de autodeterminación. Ellos consideran que la propuesta marroquí de autonomía es una posibilidad (“a potential approach”, ver comunicado conjunto EE.UU-Marruecos de noviembre 2013) pero “no la única” solución, es decir que la independencia también es otra opción legítima. Esta posición se confirma en la reciente visita de John Kerry a Argelia y Marruecos.

3. Para proteger los recursos naturales de los saharauis y respetar las resoluciones de la ONU, EE.UU aprobó el Tratado de Libre Comercio con Marruecos, excluyendo al Sáhara Occidental.

Conclusión del Informe del Departamento de Estado de Estados Unidos. 2014.
El problema más importante de los derechos humanos específicos para el territorio fue restricciones del gobierno marroquí sobre las libertades civiles y los derechos políticos de los defensores de los independentistas. Los problemas graves incluyen limitaciones a las libertades de expresión, prensa, reunión y asociación; el uso de la detención arbitraria y prolongada para sofocar la disidencia, y el abuso físico y verbal de los detenidos durante el arresto y encarcelamiento. Las autoridades también continuaron negando el reconocimiento de las asociaciones independentistas. Como resultado, estas asociaciones no podían establecer oficinas, reclutar miembros, recaudar donaciones, o visite los activistas saharauis independentistas o separatistas del Polisario detenidos en centros en Marruecos.
Existía impunidad generalizada, y no hubo ningún proceso judicial contra los violadores de derechos humanos. Organizaciones saharauis de los derechos humanos afirmaron que la mayoría de la policía y otros funcionarios acusados de tortura se mantuvieron en sus cargos. No hubo informes de investigación o sanción del abuso o la corrupción entre los servicios policiales y de seguridad, lo que contribuye a la percepción generalizada de impunidad.

Importante aporte de los Wikileaks.
- Estados Unidos, lejos de mantenerse neutral como reconoce oficialmente, desestimó la opción de la independencia de los saharauis. En mayo de 1975, la embajada estadounidense alertó del “peligro” de un Sahara libre que “desestabilizaría” a la región por la renuencia a ser aceptado por parte de Marruecos, que había preparado a sus fuerzas armadas por si “otras recientes estrategias fallaban”. El embajador en Madrid, Wells Stabler, reconoce que un Estado Saharaui tendría “viabilidad económica”.


-Washington descarta los vínculos entre el Frente Polisario y Al Qaeda. 2010



- Cable sobre cómo el Frente Polisario censura las webs islamistas. 2009

1) El Estado creado por el Frente Polisario es un gobierno abierto y tolerante;
2) El Frente Polisario, lejos de ser un “Estado fallido” garantiza bien la seguridad en el Sáhara Occidental bajo su control;
3) El Frente Polisario no sólo NO está implicado en “tráficos” con terroristas, sino que los persigue;
4) El Frente Polisario no sólo NO es un aliado de los islamistas, como pretende la propaganda marroquí, sino que éstos lo consideran como enemigo a batir porque ha creado una sociedad tolerante. 2009

-Un nuevo cable desentraña el funcionamiento del lobby pro-marroquí. El documento secreto muestra cómo Marruecos corrompe y financia secreta e ilegalmente a políticos extranjeros para que en sus países defiendan las posiciones marroquíes en el Sáhara Occidental. 2008

Por Ricardo Sánchez Serra. Periodista de la prensa extranjera (sanchez-serra@hotmail.com)

Fuente: Radio Ñandutí

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